Nacido en la provincia española de
Jaén, su verdadero nombre era Francisco Rodríguez, pero siendo niño emigró
con su familia a Madrid en busca de mejores oportunidades vitales,
subsistiendo allí ejerciendo los más humildes y variados oficios.
El mismo Curro, como le llamaban, trabajó de frutero, botones o
aprendiz de sastre.A finales de los años 50
se sintió fascinado por las canciones de rock & roll que oía por
la radio y comenzó a aporrear una vieja guitarra española, imitándolas con
talento innato y devoción salvaje. Con tan solo quince años ganó un
concurso radiofónico cuyo premio eran veinte duros y un bote de
Cola-Cao (empresa que lo patrocinaba), al que siguieron otras victorias
en eventos similares, ganando pronto popularidad tanto por su talento
como por su energía arrolladora, más si tenemos en cuenta su
extrema juventud. Se convirtió en un
intérprete salvaje de rockabilly que sorprendía y escandalizaba a un
público no acostumbrado a presenciar en directo esos movimientos
provocativos, alaridos y contorsiones que terminaban con él y su
guitarra en el suelo, contagiando de su locura al público y
protagonizando los primeros altercados del rock and roll español,
convirtiéndole en el polo apuesto a los tranquilos e
institucionalizados Dúo Dinámico. Se le cambió el nombre
artístico a Kurt Savoy y con él gana el famoso concurso televisivo
“Salto a la fama” en 1959. Otro de sus sellos característicos era su
extraordinaria habilidad para silbar, sonido vocal con el que
rellenaba los huecos donde debían estar los solos de guitarra,
técnica de la que carecía, entusiasmando, aún más si cabe, a los
jóvenes que acudían a verle en las principales salas de la capital de España. Grabó unos primeres discos muy
rockeros, con su tema propio "Full & Rock" (1960), que le había dado la victoria en "Salto a la fama", como canción reclamo o con excelentes versiones, entre las que no podían faltar "La plaga" (1961) y "Lucía" (1962), hace apariciones televisivas pero, a pesar de esto y de la
fuerza de sus directos, la fama nacional no llega, con seguridad
debido a cierto boicot de algunas autoridades atemorizadas ante una
figura tan provocadora y rebelde, en beneficio de otros más
inofensivos. Es por esto que tiende a reciclarse en un cantante apto para todos los públicos, llegando a la final del festival de la canción mediterranea con una balada. Como esto tampoco funcionó optó por
unirse a espectáculos de variedades y apareció en todos los
noticiarios cuando decidió cantar desde la jaula de los leones de un
circo a punto de arruinarse, salvándolo gracias a esta publicidad. A
mediados de los años 60, va relegando al rock and roll para
centrarse en otro tipo de melodías más inofensivas. Es ahora cuando
se le empieza a publicitar más, bautizándole como El Rey del
Silbido por su habilidad para emitir este sonido, convirtiéndose en melodías obligadas en el repertorio de sus conciertos los temas que Ennio Morricone compuso para los spaguetti-western del director Sergio Leone usando esta técnica vocal. Hasta tal punto recurría a ellos que el
público español llegó a pensar que era él el silbador original,
cuando en realidad era el italiano Alessandro Alessandroni. De esta época es "Silbando ritmos" (1966), por ejemplo, del mismo año en que se casa
con la torera francesa Clara Montes, aumentado su popularidad gracias
a la prensa rosa, tanto en España como en Francia y editando un
disco conjunto horrible, "Te quiero enamorar" (1967), en el que se renombraba a la matadora como La
Torero Ye-Yé. A pesar de, o más bien debido a ello, su
prestigio musical se olvidará totalmente, lo cual le empuja a la
decisión de retirarse de los escenarios para montar una agencia de
representación artística, negocio al que se dedica plenamente hasta
que, en 1976, televisión española le requiere para un espacio en el
que se recuerda a viejos rockeros, y Savoy hace una espectacular
reaparición, primero con el single "Nunca se debe decir" (1977) y luego haciéndose acompañar nada menos que del grupo Ñu. De todas formas decidió instalarse en Francia, país donde las cosas le
fueron bastante mejor haciendo melodías publicitarias haciéndose
llamar ahora Curro Savoy. Ya en el siglo XXI fue recuperado para
nuestro país al ser requerido por el famoso presentador televisivo
Buenafuente para su programa nocturno, apariciones que a más de uno
pudieron parecer indignas pero que Savoy, gracias
a su sentido del humor, las elevó por encima de esas vulgares
consideraciones humanas. Hoy sigue silbando para películas,
espectáculos y anuncios televisivos y grabando discos, generalmente de versiones de Morricone.
Músicos: Kurt Savoy (voz
y guitarra) y el conjunto de Fernando Orteu.
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