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El nueva ola musical de los años 80 también llegaría a nuestra hermana Colombia de la mano de ciertos valientes grupos que nadaban contra corriente de la música comercial imperante, son los conocidos allí como outlaws (fueras de la ley). Dentro de este mundo, empero, la mayoría de grupos se decantó por el pop más comercialmente viable, por lo que tiene aun más mérito la figura pionera del adolescente Marco Tulio Sánchez Bustamente, que, emprendedor y arriesgado, se decidió por el totalmente marginal rockabilly. Empezó grabando maquetas y discos de forma casera, destacando por lo representativo en esta primera etapa su "Marco T" (1983), cuya portada era un remedo de la del primer mítico álbum de Elvis. Luego se asoció con el grupo de baladas rockeras de indicativo título Atmósfera Pesada, que consiguió grabar un oscuro single (1985) de tan solo 100 ejemplares de tirada y muy poca difusión. Tras esto Marco, inasequible al desaliento, apareció en diversos concursos televisivos para aficionados derivando su estilo hacía el de los crooners norteamericanos, algo que su imagen y voz le permitía. Emprendedor, empezó a cursar estudios de teoría de la música y piano, de guitarra con grandes maestros y en especial perfeccionando su técnica vocal. Con este bagaje encima no es de extrañar que fuese elegido como intérprete de uno de esos discos baratos de clásicos del rock & roll, "Recordando los inolvidables sesentas!!" (1987), algo coartado por la década elegida pero que da idea ya de su entusiasmo, técnica y talento. A pesar de hacer música del Diablo estudió música litúrgica, lo que se plasmaría en su autoproducido single "Cuan grande es Él", ambigüo homenaje a Elvis y a Dios, que al fin y al cabo casi es lo mismo, y en su cassette para gasolineras "Alabanzas", entre otros engendros de este su peor momento. Tras probar fortuna con la banda Estación Musical, formó el grupo Factor C (1988), el cual ampliaba sus miras, incluyendo versiones de grupos de la nueva oleada del rock español conocida como movida, lo cual les abrió muchas puertas y consiguieron un buen número de conciertos. Aun así se tuvo que plantear que quizá, y a pesar de todo, no pudiese vivir de la música, así que, inteligente, se lanzó a estudiar magisterio, completando así un amplio abanico cultural, por si las moscas. Por desgracia mientras, para ganarse la vida, se tuvo que emplear en una orquestina de música caribeña, aunque es entonces cuando empieza a compaginar esta actividad con sus imitaciones de Elvis en otros clubs. Pronto logra fama local en esta faceta, pues lo hacía realmente bien, hasta el punto de que, en 1995, es seleccionado para un gran concurso de los mejores imitadores del Rey a traves de las ondas de una emisora estadounidense. Su aplastante victoria tiene más mérito si tenemos en cuenta que ganó por delante de grandes nombres como el ya famoso entonces Orion o del mejor imitador europeo, el anglo-germano radicado en España, Dave Vincent. Esto tuvo mucha repercusión en su país y al poco se le rebautizó como "El Elvis colombiano", dándosele oportunidad de grabar algunos discos de versiones de Presley en castellano entre las que siempre colaba alguna composición propia, no mala por cierto, y editando incluso directos, discos de entrevistas y tomas desechadas al estilo de los actuales nuevos CDs de Elvis, que sacan material de debajo de las piedras. Entre estos discos destaca, empero, "Como lo hice yo" (1999), junto a uno de sus bandas de acompañamiento habituales, Los Spiders (algunos de ellos luego miembros de Los Rockings). En pleno éxito, en 2001, se le diagnóstica una posible parálisis nodular si continua forzando la voz, dándosele a alegir entre su carrera de maestro (ya tenía el título hace tiempo) o la música. El gran Marco eligió, una vez más, el rock & roll. En justicia es elegido poco más tarde por el que fuera ocasional batería de Elvis en algunas películas, Bill Lynn, como cantante para unos espectáculos de homenaje al Rey, aprovechando su tangencial contacto con él. Los shows y grabaciones de esta extraña asociación tuvieron un espectacular éxito en Canadá, donde el tema "It ain´t not big thing but is growing" (2004), propio y ya cantado en inglés, se metió en las listas de éxitos, al igual que alguna afortunada versión de Elvis. Considerado ya como uno de los mejores, si no el mejor imitador de Presley de la historia (también ha querido mucho a su madre, desde aquí nuestro más sentido pésame), Marco recibe la confirmación al ser invitado de honor a los grandes homenajes que se le tributan en Canadá y Las Vegas, con motivo de los 30 años de su muerte (2007). Llevando su admiración hasta el límite, engordó tanto como Elvis, pero ahora si vuelve a estar en forma, (además lleva la mejor colección de ajuares y atuendos estilo Elvis del mundo del espectáculo) con la ventaja añadida de que aun podeis contratarlo por un precio módico teniendo en cuenta su innegable calidad (pero ojo, no se presente con su orquesta caribeña). Para su gran espectáculo de Elvis (90 minutos) son solo 6.000 euros más desplazamiento. Músicos: Marco (voz, órgano y guitarra), Pocho Pérez, Ernie Becerra y Bill Lynn (batería), Adriana Vera, Adriana Campos, Mónica Muñoz y Luz María Mendieta (coros), Andrés "Beto" Delgado, Sergio Mariño y Edgardo Torres (guitarra), Fabio Gómez (bajo), Ivan Sotomayor (piano) y Jose Angel Bohórquez.
"Solo porque", espléndida versión del "Just because" de Elvis.