martes, 21 de abril de 2015

Charles Vickers (Daytona Beach, 1945)

Natural de Florida, tuvo una experiencia clarificadora a los seis años, cuando la famosa luchadora por la igualdad racial Mary McLeod Bethune fue a su escuela, le puso la mano en el hombro y les dijo "Negritos y negritas, apuntad a la Luna, y así aunque falleís, siempre estareís entre las estrellas". Decidido a hacerse estrella de la canción se aplicó de tal modo que solo seis meses después ya fue el elegido para cantar un solo a Bethune en su siguiente visita al colegio. A los 14 años ya estaba grabando maquetas de prueba para una emisora radiofónica local, una de las cuales interesó a un modesto sello de California llamado Crusader. El tema que editaron fue "Polar bear" (1960), un magnífico rockabilly que contradice a aquellos que mantienen que este género es exclusivamente blanco. Era una producción modesta que de hecho iba acompañada en la otra cara por un tema de un tal Hank Murphy y que apenas tuvo repercusión. De todas formas fue suficiente para que se fijase en él Bob Quimby, el dueño de discos Carellen, que le incluyó en su plantel de jóvenes artistas más o menos rockeros. Ahí editó algunos temas ya más templados y orientados al du-duá, destacando entre todos "Little Sally Walker" (1962). Quimby cambió el nombre a su sello varias veces, pero siguió apostando por los mismos, entre ellos Vickers, que siguió grabando para él, con la excepción de su aportación pop a discos Staff, "These two eyes" (1963), algo que podía hacer libremente pues Quimby nunca le firmó un contrato. En las marcas de este Vickers empezó a derivar lentamente hacia el soul, obteniendo ahora cierta popularidad gracias a temas que no se vendieron mal, como "He´ll understand" (1965). Cuando el aun potente sello King apostó por el soul le fichó, editandole alguna muestra del género, pero también el rock & roll "Do me good" (1967), digno de su mejor época y de mejor suerte comercial. Pero el final de King hizo que Vickers volviese al regazo de Quimby, editando piezas inferiores como "How many times?" (1975), el álbum más funk "Does disco" (1980) y el de gospel "The magic of gospel" (1985). Después siguió cantando y editando algunos discos menores hasta que, en 1989, decidió dejar los escenarios para construirse una casa y abrir una empresa de promociones musicales. Pero un década después, y con renovada fe religiosa, se auto-produjo el disco de gospel "Have you heard of that holy city" (1999), que tuvo tanto éxito que ha dado como resultado dos más editados por el sello Quicksilver. En el siglo XXI ha editado el libro "The roots and pilgrimage of a great gospel singer", una egocéntrica y demencial obra en la que clama que desciende de reyes palestinos (¡).
Músicos: Charles Vickers (voz) y The Three Bears.

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