sábado, 25 de octubre de 2014

Parchís (Barcelona, 1979 - 1985)

Lamentable, dirán algunos no sin una pizca de razón, que se incluya a Parchís en una enciclopedia del rockabilly y del rock & roll clásico. Pero no ha de resultarnos tan descabellado si afrontamos con valor su discografía y dejamos aparte prejuicios personales. Que escriba este artículo antes que sobre otros que lo merezcan más se debe a la trivial razón de que hoy he visto un disco suyo vendido a precio de oro en la más prestigiosa tienda de discos de Cincinnati, cosa que me hizo pensar en el valor de los chicos. El conjunto fue creado de forma totalmente artificial por la discográfica española Belter, que quería sacar tajada de los grupos infantiles que tanto éxito estaban teniendo en esos momentos. Pero su enfoque pretendía ser más dinámico y moderno que, por ejemplo, Enrique & Ana, los reyes de la canción infantil de esos días. Desde el primer momento se decidió que el grupo se llamaría Parchís, ya que los formarían cuatro niños cada uno de los cuales iría vestido enteramente de uno de los colores del popular juego de mesa. Se inició un proceso de selección después de poner anuncios en los periódicos, y finalmente se citó a los elegidos: Tino Fernández, Yolanda Ventura (hija del famoso trompetista Rudy Ventura), Gemma Prats y Oscar Ferrer. El problema estribaba en que quién hizo el casting debía ser ciego o bien haberse dejado influir por recomendaciones, porque si exceptuamos a Fernández (guapo, desenvuelto y con buena voz) la pandilla elegida no podía ser más sosa. Alguien debió percatarse del hecho y se recurrió a añadir a un quinto miembro que supuestamente era el dado del juego y por tanto iba vestido de blanco: David Muñoz, que aunque no cantaba, bailaba bastante bien y de forma frenética e independiente de las estudiadas coreografías del resto de compañeros, animando mucho el cotarro. Tras algunos ensayos y, por supuesto, sin dar ningún concierto ni nada que se le parezca, graban un doble álbum llamado "Las 25 supercanciones de los peques" (1979) de cara a las grandes ventas que suelen producirse para Navidad. Apenas hay temas propios, incidiendo en las canciones de moda de ese año, la mayoría, si exceptuamos bandas sonoras de inmortales series infantiles, morralla totalmente olvidable. Pero de forma sorprendente en la selección se incluyen temas de rock & roll clásico, como "La plaga" (la vieja adaptación de Los Teen Tops de un tema de Little Richard) o "Si yo tuviera un martillo" (de Trini López), así como el rockero tema "Ganador", que acababan de editar el dúo Marce & Chema. Estamos hablando de una época en que, salvo para raras excepciones, el rockabilly estaba completamente olvidado en España y Parchís, con su exíto, lo dío a conocer y a amar a los que en esos momentos eran tan solo unos niños que aun estaban formando su oido (por añadidura, otro conocido grupo infantil español, Botones, sacaría en esos días un álbum de versiones de rok & roll clásico, "Baby rock"). El disco de Parchís se convierte en un super-ventas y los chicos salen en los más importantes programas de la televisión nacional, encandilando a algunos y haciéndose repelentes para otros. Siempre cantaban en play-back, para evitar no deseadas meteduras de pata, basándose buena parte de su imagen en coreografía bien ensayadas, en el atractivo físico de Fernández y Ventura y en los simpáticos momentos danzarines de Muñoz. Con eso era suficiente para que no pudiera hacerles sombra ninguno de los nuevos grupos infantiles que parecían surgir por doquier. De todas formas, y aunque no se les daba oportunidad para demostrarlo con asiduidad, sus voces y su presencia en escena era lo suficientemente buenas como para que quedaran segundos en un festival de la canción en Polonia. Su fama no haría sino aumentar cuando cantasen el tema principal de la popular serie de dibujos animados "Comando G" (1980) y cuando protagonizen incluso algunas infames películas. Más destacables en estos momentos son su versión del "Me vuelvo loco", de Tequila, y su tema "Twist de mi colegio", un buen rock & roll clásico más que el twist que parecía anunciar el título, y en el que Muñoz podía lucirse a gusto. Pero, tras un disco de villancicos, Ferrer deja la banda para centrarse más en sus estudios (llegaría a ser director de marketing de una gran empresa), siendo sustituido por el modelo publicitario Frank Díaz. Su popularidad alcanza buena parte de latinoamérica e incluso Estados Unidos, haciendo multitudinarias giras por estos paises donde aun se les recuerda con cariño. Siguen haciendo sintonías de dibujos animados, comerciales temas propios malos ("Hola amigos") y buenos ("Vamos a bailar un twist") y versiones de temas de éxito del momento, entre los que, ¡Ojo! está el "Rockabilly rebel" (1981) de Matchbox. Su popularidad alcanza niveles estratosféricos, protagonizando más películas e incluso un tebeo. Quizá ello no diga mucho de la cultura musical del momento (y no me refiero solo a España) pero eran un mal menor e infinitamente superiores a cualquiera de la basura musical que nos inunda ahora desde los grandes medios. Graban en italiano y en inglés, alcanzan a dar con un tema imperecedero ("Cumpleaños feliz") y venden millones de discos, destacando entre todos ellos "Meteorito rock & roll" (1982), "Las rockeras de Santa Teresita", una versión del "Hasta luego cocodrilo" de Bill Haley y otra de "La puerta verde" (1983), de Jim Lowe. Pero pocos beneficios les quedan a los chicos, y Fernández deja la banda para iniciar una carrera en solitario que fracasaría, siendo seguido poco después por Muñoz, siendo sustituidos por los hermanos Cambronero, provenientes del grupo Viva´s. Sin sus más carismáticos representantes y con la discográfica al borde la ruina al no saber adaptarse a los nuevos tiempos, Parchís entra en una fase ahora sí lamentable y poco más tarde se optaría por disolver el conjunto infantil de más exito a nivel mundial. Los Cambronero seguirían arrastrando al grupo, a veces con Díaz con ellos, e intentandolo de forma paralela con otros nombres como Reprise o el dueto Michel & Chus, todo ello totalmente olvidable y no más que un triste sucedaneo de los Parchís originales, lo que ya es decir. Finalmente formarían el dúo Platón, que afortunadamente no duró mucho. Surgirían continuaciones como Parchís 92, los Parchís argentinos, los Parchís peruanos, los nuevos Parchís,... patéticos remedos del original que espero que estén ardiendo en el Infierno. En cuanto a los verdaderos Parchís, unos chicos que en cualquier otro país se habrían convertido en millonarios -y en psicóticos-, la tacañería de sus jefes (seguramente ya empezarían a huntar a los Pujol o algo así) que además les dejó bastante abandonados después de crearles,  les obligó a buscarse trabajos ordinarios. Muñoz estudió en Escocia y trabaja en una agencia publicitaria en Estados Unidos. Prats estudió puericultura, abrió su propio jardín de infancia y actualmente es secretaria. Fernández consiguió trabajo en una empresa en Murcia y tuvo un accidente de tráfico que le costó perder un brazo. Y Ventura se dedicó a la interpretación, consiguiendo algunos papeles en televisión, medio en el que aun trabaja en Méjico gracias a su buen hacer y belleza (ha sido incluso portada de Playboy). Curiosamente fue Díaz el que más tiempo permaneció vinculado al mundo de la música, creando el grupo Ciéncielos y luego alguna banda de rock. Actualmente rige un bar.
Músicos: Tino Fernández y Chus Cambronero (rojo), Yolanda Ventura (amarillo), Gemma Prats (verde), Oscar Ferrer y Frank Díaz (azul) y David Muñoz y Michel Cambronero (blanco) -todos voces-.
 
"Twist de mi colegio". ¡Qué mala sombra! Al final sacan a bailar a los crios solo para dejarles cortados.

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