martes, 22 de octubre de 2013

Trini López (Dallas, 1937)

Nacido en el barrio chicano de la ciudad más conocida de Tejas (sus padres eran inmigrantes mejicanos), Trinidad López poseía buenos genes para enfrentarse a las tablas pues su padre ya había sido actor, cantante y bailarín. Eran tan pobres que en largas temporadas Trini se veía obligado a dejar el colegio para vender limonada en las calles. Juntado con malas compañías su padre le sorprendió y le dio una paliza. pero como era un buen hombre, arrepentido, le compró una guitarra para que se entretuviera en cosas mejores y le enseñó a tocarla. Aquello seguramente le salvó de una vida de delincuencia y rejas. Empezó a tocar en las esquinas a cambio de algunas monedas, y luego formó un grupo familiar, cantando temas tradicionales mejicanos. Sembraron curiosidad y pronto empezaron a tocar no solo en Dallas, sino en buena parte de Tejas. La carismática presencia de López le aseguró, ahora a él en solitario, bastantes actuaciones en la zona. Habiendo girado ya hacia el rockabilly, grabó un excelente single con el modesto sello local Volk, "The right to rock" (1957). El productor, ante la falta de éxito, quisó cambiarle el apellido a otro más comercial, pero él, orgulloso de sus raices, se negó. Entonces aquel tipo le acompañó a la puerta y le echó fuera mientras le decía "Vale, puedes conservar tu nombre". El disco al menos sirvió para que los del mítico sello King le ficharan con la esperanza de convertirle en el Elvis Hispano. Pero en pocos meses un muchacho llamado Ritchie Valens se le anticipó a conseguir el título de Rey Hispano del Rock and Roll gracias a una mayor originalidad, fuerza y a que cantó en castellano su versión rock de la canción folclórica "La Bamba". López se fue a grabar directamente en los mismos estudios King, en Ohio, temas estilo high-school como "Don´t let you sweet love die" (1958) o bien directamente de rockabilly, como "Rock On!" (1959), pero que no tuvieron mucho éxito. Trabó amistad con su paisano, la estrella del rock & roll Buddy Holly, que le recomendó a su productor Tom Petty, y hacía Nuevo Méjico, donde tenía su estudio, marchó Trini con su banda ilusionados con lo que se les ofrecía. Pero Petty, de nuevo, quería cambiarle el apellido artístico, y conspiró con los integrantes de la banda para conseguirlo. Trini, una vez más, se negó en redondo, y enfadado con sus traidores músicos les dejó allí para siempre y se volvió a Tejas. El resultado: Su banda grabó un único single, "Clark´s expedition", de rock instrumental, pues Trini no dejó ni su voz grabada, acreditados como The Big Beats, antes de disolverse sumidos en el fracaso. En ese año de 1959 fallecían Valens y Holly, y Trini recibió una oferta para ser el nuevo vocalista de Los Crickets, el grupo de Holly. Pero el proyecto se fue al traste pues estos estaban más preocupados en cobrar los royalties de las canciones de Holly que en tocar (finalmente sería Bobby Vee el sustituto). Mientras tanto Trini seguía en King, manteníendose bastante fiel a los postulados del rock, como demuestran "Jeanie Marie" (1960), el cursi high school "Rosita" (1961), "Sinner not a saint" (1962) o "Nobody loves me" (1963). Pero eso ya no le daba dinero y se había especializado en dar espectáculo en conciertos en clubs locales, tocando él solo con su guitarra. Dejó, además, King y firmó por Reprise. Fue una decisión acertada pues estos en seguida le editaron un inolvidable álbum en directo (su verdadero fuerte), "Trini Lopez at PJ´s", cosa no solo nada habitual entonces, sino que era inusitada en un debutante en el mundo de los LPs. Incluía no solo una serie de temas clásicos en castellano (para enfatizar sus raices hispanas), sino también una versión del tema folk "If I had a hammer" (1964), que no solo vendió más de un millón de copias sino que fue número uno en 36 paises, convirtiendo a Trini en una estrella mundial (que incluso dio nombre a modelos nuevos de guitarra). Para ello tuvo que transigir y renunciar al rockabilly finalmente, aunque a veces intentó mantener un deje rockero en bastantes de sus temas, en un estilo que ahora oscilaba entre la canción ligera, el rock cristiano, el folk, los boleros o el country, siendo ejemplos de ello "Lemon tree" (1965) o su versión de "La Bamba" (1966). Triunfaba con buena parte de los que editaba, y empezó bien una carrera cinematográfica, con "Doce del patíbulo" (1967), grabando la canción principal de la película, que pronto se torció. En los años 70 su popularidad bajó bastante en los Estados Unidos, al igual que las ventas, cosa bastante normal dada la mediocridad de las canciones que editó en esa época, por lo que hizo giras cada vez con más frecuencia por Europa y, sobre todo, por Hispanoamérica. Además, su reputación se dañó gravemente cuando en 1978 grabó un disco de funk bastante malo. Tras el fracaso decidió dedicarse a lo suyo, volviendo al rock y al country, a la vez que daba muchos conciertos para obras benéficas. A día de hoy sigue actuando y grabando, siendo tremendamente popular y querido en E.E.U.U. y otras partes del mundo. Su hermano Jesse también es un buen cantante, con el que durante un tiempo Trini formó el Texas Roots Combo.
Músicos: Trini López (voz y guitarra), Trinidad López (guitarra), Art Greenshaw (bajo), André Rieu (violín), Petra González (coros) y Jesse López (batería). "Si yo tuviera un martillo" (1963), su gran éxito.

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