Domingo Samudio, hijo de unos emigrantes mejicanos a Estados Unidos, empezó a cantar en serio cuando fue el elegido para representar a su instituto en un concurso de radio local. Animado por la buena acogida que tuvo decidió montar un grupo de rock and roll con algunos amigos, uno de los cuales era el despues famoso Trini López, sin embargo cuando terminó los estudios decidió enrolarse en la Marina, la cual lo envió destinado a Panamá nada menos que seis años. A su vuelta decidió empezar desde cero, estudiando música clásica y ampliando su dominio de la guitarra y el piano. En 1961 decidió montar otro grupo, The Pharaohs, pero cuando, despues de mucho esfuerzo, consiguieron editar un single y no se vendió en absoluto la desmoralizada banda se disolvió. Uno de sus miembros, Vincent López, marchó a Louisiana a unirse a Andy & the Nightriders, una prometedora banda de rock and roll que tenía un contrato fijo de actuaciones en un club de allí y que tenía entre sus miembros a David A. Martín, proveniente del grupo de rockabilly Tommy & the Tom Toms. Cuando su organista les falló, Sam (que así se anglicanizó su nombre Samudio) le sustituyó convirtiéndose pronto en el personaje más popular del grupo debido a su carisma y gracia, haciendo unos coros por detrás al cantante Andy que a veces lo tapaban o a veces prácticamente le hacía la voz en playback. Es por esto por lo que poco despues adoptó el apodo de The Sham (el Impostor), aunque ya lo aprovechó para empezar a salir cada vez con más frecuencia vestido con turbante ya que la palabra sham también hace referencia en inglés al término oriental khan. Al final la gente solo iba a ver al estrámbotico Sam, por lo que cuando el grupo marchó a Memphis, Andy y López aprovecharon para dejar el grupo y Sam, ya verdadero líder, los sustituyó y cambió el nombre a Sam the Sham & the Pharaohs, algo que ya le venía al pelo pues él podía salir con su turbante y sus Faraones vestidos de egipcios. Este orientalismo estético y gusto por los disfraces ha sido despues muy imitado en el mundo del llamado frat-rock (bandas especialmente divertidas y deshinividas para actuar en fiestas universitarias), incluso en su resurgir de los últimos años por multitud de bandas que han ido surgiendo en el mundo del rockabilly. Tambíen ha influido en cierto modo su estilo musical, un rock and roll con muchas influencias del surf instrumental y del beat británico, aderezado con el toque latino de Sam que además le da una sello inconfundible con su manera de cantar casi recitando, sin entonar y hablando muchas veces en spanglish en canciones sin sentido, solo para divertir, no para hacer pensar. Es normal por tanto que triunfaran con su tema "Wooly Bully" (1965), el cual vendió en pocas semanas 3 millones de copias y llegó al número dos de las listas. Vinieron luego algunos éxitos menores igual de absurdos pero muy inferiores como "Ju ju hand" o "Ring dang doo", pero Sam creía que debía cobrar más que el resto del grupo y los chicos, enfadados, le dejaron solo (Martín incluso dejó la música para poner un negocio de reparación de televisores). Como nuevos Pharaohs fichó a un grupo que se llamaba Tony Gee & the Gypsys y con ellos grabó "Li´l red riding hood" (1966), un nuevo éxito que llegó al número dos de las listas, y otros temas de su habitual estilo cómico como "The hair on my chinny chin chin", "El toro de Goro", "Oh, that´s good, no that bad" (1967) o "Old McDonald had a boogaloo farm" (1968). Para dar mayor espectacularidad a su puesta en escena recluto a tres chicas como bailarinas y coro a las que llamó Las Shamettes y con toda la troupe se marcharon a una gira por Asia. Nada de esto hizo mucha gracia en la banda, muchos de cuyos miembros empezaban a pensar que estaban haciendo demasiado el payaso, y decidieron dejarla, obligando ahora a Samudio a rebautizarse como Sam the Sham Revue, aunque hay quién dice que quitó lo de Pharaohs para no parecer politicamente implicado pues acababa de declararse la guerra entre Egipto e Israel. Poco despues empezó una carrera en solitario que culminó con el álbum "Sam, hard and heavy" (1970), que fue muy bien acogido por la crítica y premiado. Tras intentar sin éxito montar su viejo grupo a mediados de los 70 se puso a trabajar como compositor para músicos ajenos y para bandas sonoras de películas, destacando su trabajo en el film "La Frontera" (1982). Luego trabajó como intérprete en Méjico, como armador de barcos en el Caribe, motivador, poeta, animador y presentador de eventos y solo hace algún concierto de vez en cuando.
Músicos: Sam the Sham (voz y teclados), David A. Martín y Tony "Butch" Gerace (bajo), Butch Gibson (saxo), Frankie Carabetta (teclados y saxo), Jerry Patterson y Billy Bennett (batería), Ray Stinnet y Andy Kuha (guitarra) y Fran Curcio, Lorraine Gennaro y Jane Anderson (coros).
"Wooly Bully"
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