martes, 16 de junio de 2009

Folk

Bob Dylan

A principios de los años 60 el rock and roll se había instaurado como un bien cultural más, lejos de la provocación adolescente de sus principios, y se intelectualizó hablando de otros temas que no fueran solo coches, chicas, alcohol o velocidad. Introduciendo ahora referencias culturales, populares o no, pero también reivindicaciones políticas que hasta entonces eran impensables. Esta intelectualización venía acompañada de un cambio de imagen y de mentalidad fruto de los tiempos que les tocaba vivir, la perdida de la inocencia norteamericana al descubrir los chanchullos de su gobierno al asesinar a Kennedy y al enviar a miles de sus ciudadanos a morir en el matadero que fue su vergonzosa derrota en Vietnam empujó a miles de jovenes a rebelarse contra el estado que les había estafado. Ya no les valían las letras típicas del rock and roll, ahora querían enviar mensajes que cambiaran todo el sistema. De ahí vino toda esa indumentaria andrajosa de los hippys, como respuesta a los encorbatados canallas que dirigían el cotarro, y el consumo cada vez mayor de drogas (marihuana sobre todo) para escapar de una realidad bastante triste. En este aspecto el único antecedente claro que el movimiento folk /hippy había tenido era la personalidad desbordante de Woody Guthrie, el cantante de los años 30 que armado solo con su guitarra y un estilo folklorico norteamericano (de ahí viene lo de folk) despotricaba contra un estado hipócrita y reclamaba mayor asistencia social, menos ricos y más comunismo, bueno, y también se colocaba lo suyo. Evidentemente en Estados Unidos fue dado de lado pero influyó notablemente en la generación posterior. Musicalmente el folk no solo bebe de Guthrie, y tal vez de Pete Seeger, con su lento sonido acústico (el uso de electricidad parecía una concesión burguesa) y su buen uso de la poesía (y no simples ripios del tipo coche / noche) sino de gente algo más rockera (aunque para los hippys el rock and roll no era sino un intento de atontar a la juventud) como los Everly Brothers, cuyo estilo les convierte en un clarísimo precedente del folk y el eslabon perdido entre este estilo y el rock clásico. La primera gran estrella y, posiblemente, el mejor representante del folk es Bob Dylan que desde su primer disco de 1962 instauró el estilo basandose en las raices antes dichas añadiendole una calidad musical y literaria, así como un activismo social ingente. A su estela empezaron a aparecer otras grandes figuras como la si cabe más radical Joan Baez o los alegres amantes de las flores Peter, Paul & Mary. Pronto se extendió el movimento por todo el mundo, The Band en Canadá, Donovan en Gran Bretaña o Antoine en Francia. En España fue un poco más debil pues el grupo puntero, Nuestro Pequeño Mundo, no se aclaraban con su estilo ni dos meses seguidos. Solo en Barcelona se estableció con cierto apego en gente como María del Mar Bonet aunque en seguida el movimiento evolucionó hacía un estilo hermano aunque menos reivindicativo y casi local, el de los cantautores, o bien más adelante, con la muerte de Franco cerca una canción protesta de la mano de grupos como Aquaviva o Jarcha. A partir de 1965 el folk marcha irremediablemente, merced a la introducción de instrumentos eléctricos y de letras menos comprometidas (para horror de los puristas) hacía el folk-rock, con los Byrds y los propios The Band como grupos insignia (aunque yo destacaría otros más de nuestro gusto como The Gas Company, The Felicity o Lyme & Cibelle) a la vez que el consumo de drogas cada vez más alucinógenas lo diluían en otro estilo mucho más distorsionado y hedonista, la psicodelia, culminando con la misteriosa desapoarición de su nueva estrella Jeff Buckley. Cuando en 1969 una pandilla de hippys drogados, dirigidos por el aspirante a cantante folk Charles Manson, mataron a un montón de gente (entre ellos la guapísima actriz Sharon Tate) la imagen de despreocupados y liberales jovenes (haz el amor y no la guerra)que tenían los hippys se transformó de la noche a la mañana en la de unos pervertidos salvajes a los que había que exterminar. Esto y la natural evolución musical hacía el rock más durillo o progresivo de los años 70 y el cambió social y político de esa década hacía el conservadurismo acabaron con los mejores momentos del folk, a pesar de ciertos momentos de revivalismo y la aparición de géneros relacionados como pueda ser el grunge. Cuando Bob Dylan tocó para el Papa Juan Pablo II en 1997 aquello fue el acabose.

Joan Baez, con su alegria habitual, canta el "Blowin in the wind" de Bob Dylan.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una vez mi un documental de no se qué tipo que fumaba marihuana todos los días desde hacía 50 años. Aparte del aspecto de chavalín que gastaba, tenía una sonrisa de oreja a oreja que no le abandonaba jamás.

Hay que asociar el uso de esta mágica droga, más con una visión lúdica, optimista y hedonista de la vida, que con eso de los hippys y de servir de escape a una triste realidad.

De hecho, aquí parece que la buena de Joan no se ha fumado un petardo ni se ha tomado una cerve en la vida.

Buen post, saludos cordiales.

Jesus el Rocker dijo...

SI, la verdad que si.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

¿Y qué hay de las hippies esas con sus pelos en los sobacos y sus gatos acostaos dignos de un zoo? Qué raro que no menciones nada. ¡Salvemos los bosques!