martes, 8 de abril de 2025

"La Historia de Tommy Steele" (Gerard Bryant, 1957)

Vehículo para el lucimiento y promoción de la entonces nueva estrella británica del rock & roll: Tommy Steele. En ningún momento se disimula la auto-promoción pues Steele, supuestamente, se interpreta a sí mismo en lo que parecería un documental sobre su vida. En realidad su vida es narrada de forma harto superficial y tramposa, siendo solo cierto que pasó una buena temporada en el hospital de niño, pero no por un accidente haciendo judo, como la película quiere hacernos creer, sino por una enfermedad, y que estuvo enrolado en un barco, pero no le echaron por rebelde, como en la cinta cuentan, sino por síntomas de una enfermedad cardiaca. Todo esos cambios, claro, para mostrarnoslo poco menos que como un héroe para la juventud, como una especie de Elvis británico. Sin embargo queda evidente en seguida que Steele no tiene, ni por asomo, la presencia, el carisma ni el talento de Presley, aunque se hace simpático. Para intentarlo desgrana un inmenso repertorio de canciones casi sin solución de continuidad, usando el leve hilo argumental apenas como excusa para cantar sin parar. Así, interpreta nada menos que "Singin´ the blues", "A handful of songs", "Take me back baby", "Butterfingers", "I like", "Water, water", "You gotta got", "Cannibal pot", "Two eyes", "Will it be you?", "Build up", "Doomsday rock", "Time to kill", "Elevator rock" y multitud de molodías solo apuntadas hasta hacerse cansino a pesar de ser un tipo que cae bien. Es tal la cantidad de canciones de rock & roll que canta Steele, todas muy parecidas, que se agradece y hace refrescante la aparición del grupo de skiffle de Nancy Whiskey y Chas McDevitt, que hacen la mejor interpretación del film con "Freight train". Por desgracia, si exceptuamos que también sale la orquesta jazz de Humphrey Lyttelton ("Bermondsey Bounce") la película está desconcertantemente llena de música calypso y cha-cha-chá, como si los productores todavía confiaran es que esa música, previamente de moda y ya eclipsada por el rock & roll, pudiera atraer público más adulto. Quizá pensaban como muchos, que el rock era una moda pasajera. De ese modo no solo aparece la banda caribeña de Tommy Eytle ("Fifteen cents sweetheart"), sino que el propio Steele coquetea con esos ritmos. Curiosamente hay un canción calypso que va narrando a lo largo de la película diversas etapas de la vida de Steele, cantada por Russ Henderson, una idea que fue retomada por Jonathan Richman, con mucha más fortuna, en la película "Algo pasa con Mary" décadas más tarde. En definitiva la cinta, que en algunos momentos y lugares se estrenó con el oportunista título "Rock around the world" y fue el primer largometraje de su director, es muy mediocre, con una producción pésima y un guión de pena y solo cuenta para nosotros por las actuaciones de Steele, McDevitt y Whiskey. A pesar de ello tuvo éxito y Steele siguió apareciendo en películas hasta 1979.