martes, 2 de junio de 2020

"Don´t knock the rock" (Fred F. Sears, 1956)

De las primeras películas promocionales del rock and roll -fue rodada casi a la vez que la pionera, "Rock around the clock", para aprovechar decorados, músicos y extras-, de hecho el presentador es ni más ni menos que Alan Freed, el mítico creador del término. El argumento es, como siempre en estos casos, totalmente secundario: Un caza-talentos (Freed) intentando promocionar a su pupilo (Alan Dale) a toda costa, que se encuentra con el obstáculo de la mala fama del rock entre los adultos, que intentan prohibirlo. Nada original en esto, tan solo en un atrevido añadido de la groupie despechada intentando buscar la ruina a la estrella del rock. Se trata de una producción en la que se pusieron muchos medios, haciendose entretenida (si pasamos por alto unos breves y tediosos momentos románticos) y espectacular sobre todo gracias a los bien coreografiados números de baile, habiéndose contratado para ello a los mejores bailarines de rock & roll del momento, destacando entre todos el torbellino humano que formaban el matrimonio formado por Gil Brady y Nikki Faustino (habituales de las películas de R&R) y el número de cuatro bailarinas que, por su belleza y gracia se comen a las supuestas protagonistas femeninas de la película. El despliegue de rockeros de calidad es fantástico, destacando el principal reclamo, a priori, el padre del rock & roll Bill Haley & sus Comets, con las canciones "Hot dog, Buddy, Buddy", "Calling all comets", "Hook, line & sinker" -la cual suena en el tocadiscos-, "Rip It up", "Goofin´ around" y la que da título a la película durante los créditos del principio, todas las cuales nos sirven para refrescar la memoria de lo buenos que eran. También aparecen Little Richard (nada menos que con "Long tall Sally" y "Tutti Frutti"), causando pasmo y asombro por primera vez entre el gran público, The Treniers ("Rockin´ on Sunday night" y "Bad view"), Dave Appell & the Applejacks ("Country dance" y "Applejack") y el ya citado Dale ("I cry more", "You´re so right" -la cual suena en el tocadiscos-, "Your love is my love", "One of this days" y nuevamente la que da título al film, ahora en los créditos finales). Como puede verse un gran y constante muestrario de rock & roll (aderezado al final también con un charleston standard), pero curiosamente, a pesar de estar concebido como un producto promocional, del género y sus artistas, la película fue, precisamente, el punto álgido de todos ellos. Dale, los Applejacks y los Treniers empezaron una cuesta abajo tan acusada desde aquí que en poco tiempo cayeron en el olvido. Little Richard se mantendría un tiempo, pero en seguida pasaría por sus temporales crisis de identidad que le sumirían en constantes altibajos y nunca estaría tan brillante como aquí, y Haley, desde ese momento, comenzaría a perder terreno ante los nuevos y más jóvenes rockeros. Incluso Freed caería en desgracia tras la película y hasta el director moriría al año siguiente de un infarto cuando solo tenía 44 años, sin poder rodarse una secuela que se tenía preparada.    
No debe ser confundida esta película con un especial de televisión británica del mismo título, "Don´t knock the rock", que se emitió en 1964 y que dirigió Philip Casson. Por cierto, que este programa es, quizá, de mayor interés que la película, pues ofrece actuaciones en directo de Gene Vincent ("Be bop-a-lula" y "You´re my sunshine"), The Animals ("Shout"), Jerry Lee Lewis ("Great balls of fire", "High school confidential", "I´m fire" y "Whole lotta shakin´ goin´ on"), Sounds Incorporated ("William Tell"), Little Richard ("Rip it up", "Lucille", "Long tall Sally", "Send me some lovin´", "Whole lotta shakin´ goin´ on", "Hound dog" y "Good Golly Miss Molly"), sin interrupción. El programa empieza con el seguimiento por la camaras a una pandilla de rockers motorizados que finalmente entraran en el plató con sus motos, donde Vincent ya está preparado para empezar a cantar, una impactante introducción que copiarán otros documentales de conciertos y programas televisivos hasta el día de hoy, pero sin hacerlo en directo la mayoría de las veces, como en aquel entonces. Vincent está grande, como siempre, aunque sin los Blue Caps su sonido ya es otro. Little Richard, con el pelo más corto que nunca, está sensacional, pero es Jerry Lee el que se come el programa exacerbando al público hasta hacerle enloquecer. Subido al piano rodeado de rockeros y beatniks ingleses en ese momento es una imagen mítica de él, que luego sería portada del álbum "I´m on fire". Por cierto, que se anunciaba a las Shirelles, pero como Richard y Jerry Lee se excedieron tanto con su metraje no pudieron cantar sus temas, teniendo que conformarse con hacerle los coros a Richard. Los fallos de sonido y cierta falta de coordinación (Lewis y Richard cantando la misma canción y alargándola hasta la extenuación) no son sino encantos añadidos a un documento histórico-musical único.

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