The Rocking Boys (La Línea de la Concepción, 1960 - 1964)

En las emisoras de la España de finales de los años 50 eran aún la copla, los boleros y, como mucho, el cha-cha-chá las músicas más modernas que escucharse podían, si exceptuamos quizá los grandes éxitos del rock & roll, de Bill Haley y Elvis Presley primordialmente. Había algunos afortunados a los que les llegaban frecuencias de las emisoras de las bases norteamericanas, del protectorado francés en el norte de África o del enclave pirata británico en Gibraltar. Desde este último punto llegaban ondas con las cuales los chicos más entusiastas y rebeldes de la provincia española de Cádiz podían regodearse. Variado rock & roll y rockabilly que pronto influyó lo suficiente en algunos de esos muchachos, un grupo de vecinos, como para formar su propia banda del género: The Rocking Boys, así con toda la grafía inglesa, tal y como se llevaba entonces. Tenían más ilusión que técnica y medios, de hecho comenzaron a enseyar y a actuar con tan solo una guitarra española y un tambor de las fiestas del pueblo, pero no importaba, los chicos aullaban, se tiraban por el suelo, se arrastraban, vestían muy rocker... lo nunca visto en la zona. No es de extrañar por tanto que en seguida se les requiriese en los alrededores, llegando a cruzar el estrecho para actuar en la ciudades españolas en África e incorporan nuevos instrumentos. En 1961 se presentan al Primer Concurso Internacional de Conjuntos Musicales de Madrid en 1961, consiguiendo el segundo puesto, consiguiendo de paso cierto renombre nacional. Merced a ello son fichados por la discográfica Belter, la cual les impone ahora la grabación mayoritaria y monótona de diversos bailes de moda de formato muy simple como el twist o el madison, sub-géneros rockeros por los cuales serían recordados por siempre a pesar de que su amor se decantaba por rockabillys salvajes como “Una rubia de miedo” (1962), también suavizado por imposición superior en la grabación oficial, y aún así con una letra brutal. De todas formas serán más recordados por los bailes citados, muy habituales de los guateques, como "Madison" (1963), "Popeye", o su versión del "Dile" (1964). Consiguen bastante éxito y salen de gira a Marruecos y Portugal (de donde era uno de sus componentes), pero el servicio militar, tanto el español como el luso, llamará a su puerta y el grupo habrá de deshacerse poco después. Al año siguiente, en 1965, terminada la mili, dos de sus componentes, Agustín Martínez y José Gómez, dos de los tres miembros originales, deciden reflotar el conjunto fichando a otros dos músicos. Pero ahora el estilo es totalmente pop, psicodélico y ye-yé, aunque podemos destacar "La Vuelta a Francia" (1966), una divertida oda al tour, antecedente anacrónico de las luego populares canciones de la Vuelta a España, su versión "Cuando un hombre se enamora" (1967) o "Carmen" (1968). Participan en nuevos festivales de la canción que se expanden por toda la patria, ya todos totalmente dominados por la industria y alejados del más mínimo parámetro rockero, y terminan recalando en uno de sus rincones, Barcelona, donde actuan en el mítico San Carlos Club. En verano les salen bastantes conciertos en la Costa Brava, luego en Madrid, después vuelven al sur, y finalmente parecen establecerse en Bilbao, donde ya empiezan a producirse algunos cambios en la formación. Pero ya su momento de fama hacía tiempo que había pasado, y terminaron disolviéndose definitivamente en 1969. Dedicados desde entonces a empleos más convencionales, todos los Rocking Boys han fallecido a día de hoy, el último de ellos Gómez, en 2019.

Estos Rocking Boys no deben ser confundidos con un grupo homónimo francés de rockabilly, del siglo XXI, que han grabado un buen disco de versiones de clásicos en 2005.

Músicos: Agustín Martínez (voz y batería), José Gómez (guitarra), Carlos Jaime (piano y saxo) y Ricardo Oliveira (bajo).