Nacido en Andalucía, el verdadero nombre de este rocker pionero español era
José Luis Cano Olivera. Dado que su padre era policía, su niñez la pasó emigrando se ciudad en ciudad a donde su padre era destinado
hasta que finalmente, cuando tenía diez años de edad, se asentaron en Zaragoza. Allí trabajó de botones y luego en algo que sería
definitivo en su carrera, camarero en el club de oficiales de la base
americana, donde no sólo aprendería a hablar inglés sino a amar el
rock & roll que sonaba en sus gramolas y se oía en sus películas
(muchas de ellas no proyectadas en cines españoles). De esta manera,
era él el primer rocker nacional en enterarse de las novedades
musicales y estéticas que el rock aportaba.
Notó
que esa música le crecía dentro y que debería saber expresarla,
por lo que se dedicó a conocer los acordes de guitarra de forma
autodidacta hasta conseguir dominar el instrumento. Cuando se sintió
preparado, con solo 14 años de edad. se presentó a un concurso radiofónico local haciéndose llamar ya Rocky Kan (acortando y haciendo más llamativo su verdadero apellido Cano). No
ganó, pero le sirvió para que la discográfica Iberofón le fichase. Por ello se marcha a vivir a Barcelona, sede de la discográfica, compartiendo piso con otro rocker pionero aragonés, Chico Valento. El sello le edita un primer disco repleto de versiones del
rocker italiano por antonomasia, Adriano Celentano, su mayor ídolo, pero también con el impagable y mal envejecido "Rock del fútbol" (1961). Promocionado como El Primer rock and rollista, sigue cercano al R&R transalpino, pero deja claras sus adscripciones en su siguiente EP "Dixieland rock" (1962), más cercano al rockabilly del primer Elvis y donde se declara abiertamente rocker, aunque por desgracía una grabación y producción penosas dan al traste con el que podría haber sido el gran hito del género en España. Para colmo de males los conciertos que se le consiguen son como telonero de folclóricas y además, por imposiciones empresariales, poco a poco hubo de decantarse
por estilos más domesticados del rock & roll como el high school
o los bailes de moda. Sin embargo,
supo darle su toque personal y su sentido del humor, como en el
sarcástico mestizaje que es “Twisteando el madison” (1963),
subliminal mensaje a la ceguera musical de los ejecutivos
discográficos. Luego siguió derivando, ahora hacía la chanson française, en un ejemplo típico de como no llevar la carrera de un rockero. A pesar de tanto desproposito Kan tenía ciertas posibilidades gracias a su talento, pero por desgracía en esos momentos fue llamado a hacer el Servicio Militar y ahí acabó todo. Cuando salió, todo el panorama musical había cambiado y los de Iberofón se habían desentendido de él. Fichado por el sello Zafiro continuó
su adaptación a los tiempos derivando ahora en una especie de desfasado cantante ye-yé, como demuestra "El mejor remedio" (1965). La falta de éxito hace que se enrole brevemente en Los Pumas y que luego se instale en Madrid, donde forma parte de un conjunto algo psicódelico que no obtiene ningún éxito. Cansado de luchar en el negocio, vuelve a Zaragoza, donde monta la discoteca Samantha´s de gran éxito por la calidad de la música, que era pinchada desde un coche. Desgraciadamente un accidente de tráfico truncó su vida cuando solo tenía 50 años de edad.
Músicos:
Rocky Kan (voz y guitarra), los Croque Notes y el conjunto Juan
Ferret.
"Ya, ya. twist" (1963).
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