domingo, 13 de octubre de 2013

Guy Mitchell (Detroit, 1927 - Las Vegas, 1999)

Hijo de unos inmigrantes croatas establecidos en Estados Unidos, su verdadero nombre era Albert Cernik. Habiéndose convertido en un niño guapo, rubio y gracioso que cantaba y actuaba donde se terciara, empezó a hacer algunas apariciones en la radio mientras su familia intentaba promocionarle para que les sacara de pobres. Los de Warner Brothers se fijaron en él cuando todavía tenía diez años, fichándole con la intención de convertirle en otro repelente niño prodigió del celuloide de los años 30. No encontraron lugar para él y lo devolvieron a la radio, aunque esta vez a la más importante KFWB de Los Angeles, como cantante y actor. De todas formas no ganaba lo suficiente para vivir de eso y, cuando terminó el colegio, tuvo que ponerse a trabajar fabricando sillas de montar. Seguía cantando cuando podía, y en una de estas se fijó en él Dude Martin, que tenía una emisora de country en San Francisco, llevándoselo para que fuera su cantante habitual. Pero la Segunda Guerra Mundial truncó su ascenso, al tener que servir en la marina de su país durante el conflicto. A su regreso, se empleó como cantante de la big band de Carmen Cavallaro, tomando el nombre artístico de Al Grant, pero en 1947 tuvo que dejarles debido a una salmonella que casi se lo lleva al otro barrio. Una vez recuperado ficha por King Records, que en esos momentos buscan desesperadamente un cantante melódico para ampliar su habitual público hillbilly. Se le hace una original promoción (comparándole, por su apellido, con las hazañas del General Grant), y le editan cinco singles, entre ellos "Cabaret" (1949) y "This day is mine", pero nadie se fija en ellos. Seguramente en parte porque nadie asociaba a King con los crooners de este estilo y será el último intento de King de triunfar con un cantante de música ligera. Entonces ficha por Columbia, donde el productor Mitch Miller le cambia el nombre a Guy Mitchell (El chico de Mitchell, que es el nombre de pila completo del egocéntrico productor). Fue llegar y besar el santo, triunfando en seguida con baladas como "My heart cries for you" (1950), número dos de las listas, o el western "The roving kid", que le valió un tiempo tener ese apodo (El chico errante). Tras unos duetos con Rosemary Clooney y Mindy Carson, y una serie de estupidas cancioncillas conservadoras a la usanza de la época (que se vendieron muy bien, todo sea dicho), empezó una carrera cinematográfica totalmente olvidable, que más servía para promocionar su inane música que para otra cosa. Pero los cambios que se estaban produciendo en el mundo de la música mediados los años 50 no le iban a pasar indavertidos y supo adaptarse con acierto. Su "Singing the blues" (1956) no es rock and roll, pero es un genial tema que se adelanta a los conceptos post-rock para público más amplio que el meramente juvenil. Llegó al número uno de las listas y convirtió, ahora si, a Mitchell en una estrella nacional. Siguió por esos derroteros, sin definirse del todo, destacando una desconcertante aparición en la televisión nacional en ese mismo año de 1956: Guy entra al plato en moto, enfundado en cuero, como un amenazor proto-rocker al más puro estilo de el Marlon Brando de "Salvaje", para cantar...¡Un tango!. Aun así nadie con esa estética había irrumpido hasta entonces en la televisión. Lento pero seguro, pues de pronto aparece con "Rock-a-billy" (1957), número uno en el Reino Unido, que aunque excesivamente simple dentro del género del título es un pequeño homenaje a él, a pesar de que algunos lo consideraron más una burla dados los antecedentes del cantante ("Sabes que vas a actuar como un tonti-loco, ¿A quién le importa? ¡Es guay!"). Entre ellos el escritor rocker Billy Poore, que dice de la canción: "Es el peor pedazo de basura que oirás nunca". No creo tal cosa, como queda demostrado en otro tema rocker posterior, "Sweet stuff", y alguno anterior. Su acústica y alegre versión del "Heartache by the number" (1959), también número uno, tan alejada de los postulados country de la original de Harlan Howard, demuestra a las claras lo que estoy tratando de decir. Por desgracia en los años 60 volvió a ralentizarse y su carrera cayó en picado, refugiándose en ínfimas producciones cinematográficas y en la televisión para seguir ganándose la vida. El cáncer le apartó cada vez más de la vida pública hasta que fue vencido por él cuando tenía 72 años. No tuvo una mala vida adulta, estuvo casado tres veces, una con Miss Estados Unidos, otra con Miss Dinamarca y otra con una chica que tampoco estaba nada mal amigos.
Músicos: Guy Mitchell (voz), The Hi-Lo´s (coros), Carmen Cavallaro (piano) & Orchestra, y las orquestas de Mitch Miller y Dewey Bergman. "Rock-a-billy".

1 comentario:

Cristian dijo...

Soy de buscar la historia y trabajo de distintos artistas mas alla de cual sea su rama en la que se destaquen. Cuando obtengo hoteles baratos en alguna otra ciudad, disfruto de ir a ver shows y conciertos de distintos artistas que admiro y que no tenga la posibilidad de verlo en mi país