Hija de unos emigrantes judios rusos, nació ya en Estados Unidos (en Massachussets) y su verdadero nombre era Frieda Liepschitz. Era solo un bebe cuando su padre falleció y su madre, sin poder sustentarles, la metió a ella y a sus tres hermanos en un orfanato, aunque les visitaba al menos una vez al mes. Una vez ahorró para una radio y se la llevó a los niños, despertando en Frieda el gran talento musical que llevaba dentro, siendo desde niña la estrella de las funciones del orfelinato. Cuando tenía siete años la madre, al fin con una casa, reclamó a sus hijos, aunque estos pasaban casi todo el día solos pues su madre era criada a tiempo completo. Esta llevó un día a Frieda a una emisora de radio local para que actuara cuando solo tenía doce años. Destacó tanto que al año siguiente ya la había fichado una compañía de voudeville de Boston. Con 17 años fue contratada por la big band de swing Hudson-DeLange, que hacía unas durísimas giras, no solo por E.E.U.U., sino también por Europa (en París conocerá al que será su marido, el luego famoso escritor sobre relaciones internacionales Frank Gervasi), algo que casi acaba con ella. En esta época adopta el apellido artístico de Fridda Gibson (el nuevo de su madre, que se había vuelto a casar) y pone la voz en algunos oscuros discos de Eddie DeLange (recién separado de Will Hudson), antes de que este triunfe como compositor. Tras hacerse un nombre en importantes programas de radio, pasará entonces por otras big bands, como la de Hal Kemp (1939), Artie Shaw (1942) -grabando discos con ambos- e incluso en la de Tommy Dorsey. Cambia su nombre artístico, ahora a Georgia Gibbs, y es fichada como intérprete fija en el nuevo programa radiofónico "Camel Caravan" (1943-1947). Es aquó donde se hace realmente popular, no solo gracias a su voz, sino también al contraste entre su pequeña estatura y su gran personalidad. Su primer éxito en solitario llegó con "If I knew you were comin´ I´d´ve baked a cake" (1950), es decir, "Si llegó a saber que venías hubiera cocinado un pastel", cristalino ejemplo de lo conservadora y ñoña que era la música popular norteamericana justo antes de la llegada del rock and roll. No es de extrañar que la juventud se rebelara. Intentos por imitar a otras cantantes no le hicieron mucho bien y tuvo que volver a las giras, aunque esta vez al lado de grandes genios, como el cómico Danny Kaye. Deseosa de volver a la palestra como fuera empezó a adaptar cualquier género que se pusiera de moda a ver si sonaba la flauta, y estó pasó con la orquestación del tango "Kiss of fire" (1952), que llegó al número uno de las listas. Su versatilidad la demostraba a cada nuevo disco, y su "Seven lonely days" (1953) es no solo una maravillosa muestra de su voz, sino de su acertado giro hacía el rhythm & blues, el hot-jazz o el gospel, lo cual desembocaría finalmente en el rock and roll. Se a acusado mucho a Gibbs de chaquetera por pasarse al rock cuando los estilos que ella practicaba pasaron de moda, pero viendo su carrera más bien parece una evolución lógica de una intérprete adaptable y abierta. Si es verdad, empero, que se aprovechó de temas ajenos que no podían triunfar de forma masiva, sobre todo grabando canciones de artistas negras, relegadas a las secundarias listas de rhythm & blues. Caso paradígmatico de esto que decimos es su versión del "Tweedle Dee" (1955), de LaVern Baker, pero la Baker no solo no le guardaba rencor, sino que le estaba agradecida por popularizar su música, y de hecho la nombró heredera de los derechos sobre ellas si algo le pasaba, como así fue. Su rock and roll, algo blando y siempre en el límite del género, previa explosión del, ahora sí, salvaje rockabilly, triunfó plenamente con "Dance with me Henry", que llegó al número uno, y con "I want to you be my baby". Pero llegó 1956 y su mundo de la piruleta se derrumbó totalmente con la llegada de los verdaderos rockers cantantes. Aun hizo algunos muy buenos temas más, de ahí que sea una pena que su último asalto a la fama fuera con "The hula-hoop song" (1958), una melodía para promocionar el jueguecito del aro. Tras casarse, al fin, con Gervasi (se habían perdido la pista unos años), en los años 60 aun grabó algunos temas sorprendentemente hippys para una señora de su edad (rozaba ya los 50). Pero como su marido, corresponsal, estaba destinado en Italia se fue allí con él y se retiró de la música. Gervasi murió en 1990 y ella, víctima de la leucemia, más de quince años después.
Músicos: Georgia Gibbs (voz), y las orquestas de Hudson-DeLange, DeLange, Hal Kemp, Artie Shaw, Tommy Dorsey y Frankie Trumbauer.
La estupenda "I want to you be my baby" (1955).
No hay comentarios:
Publicar un comentario