Slugger Johnson era un joven rocker de finales de los años 50 que vivía en el norteamericano estado de Rhode Island. Su vida consistía en montar en moto, ligar con chicas y tomar unas cervezas con los colegas en el Pop Danver´s mientras escuchaban a Elvis en la gramola. Pero cuando, en 1958, terminó el instituto todo cambió. Se tuvo que poner a trabajar de mecánico de coches durante años hasta que finalmente, harto de ello, respondió a un anuncio de la sección de trabajo de un periódico que pedía un guardaespaldas al que no preocupasen en exceso las "legalidades tradicionales". El eufemismo hacía referencia a un empleo de secuaz del millonario Gregory Gideon, empeñado en encontrar un remedio, a cualquier costa, al cáncer que afectaba a él y a su hijo. Slugger fue aceptado, al igual que otras docenas de hombres sin futuro a los que Gideon ordenó secuestrar, robar o lo que fuera necesario para obtener su fin. Con lo que no contaba era con la intervención de Los 4 Fantásticos (y del Hombre Dragón) que acabaron con sus planes y con su vida. Slugger sobrevivió milogrosamente a la escaramuza, pero salió de entre los escombros del cuartel general de Gideon confuso y afectado por cierta dosis de radioactividad. Renegando de su vida de adulto deseó que todo volviese a ser como en los años 50 y es entonces cuando aparece El Conformador de Mundos, un ultrapoderoso extraterrestre de la raza skrull que estudia el comportamiento humano haciendo sus deseos realidad cual genio de la lámpara... a su manera. Cuando los rayos del Conformador hacen pensar a la gente como en los años 50, pronto se forman dos bandos totalmente opuestos (literalmente, usando armas y todo), los jóvenes rockeros e inconformistas que visten chupas de cuero y montan en motos voladoras y que se hacen llamar Los Salvajes, y los mayores reaccionarios y retrográdos. Los primeros están liderados por Slugger, que ahora se auto-denomina Wildman, el Salvaje ("Ël es nuestro Elvis, nuestro Brando, nuestro propio Dean", dicen sus acólitos), y atraen a su bando a jóvenes superheroes como La Antorcha Humana o Medusa, mientras los segundos, que se autodenominan Los Patriotas, lavan el cerebro a Mr. Fantástico o La Cosa para que apoyen su causa. La cosa degenera terriblemente cuando los rockeros son vistos como caballeros medievales por estos últimos o cuando todos al unísono han de luchar contra un monstruo "mitad King-Kong mitad Sputnik" que ha salido de una película de serie B a través de un auto-cine de los años 50 y que es obra del cerebro de un repentinamente envejecido Slugger, que además es incapaz de aclararse con un no menos liado Conformador. Finalmente los negros, que representan el espíritu de los años 60, se rebelarán contra el racismo y la opresión de Los Patriotas. La explicación a semejante torrente de surrealismo no es otra que todo ha sido una ilusión generada en el cerebro de Los 4 Fantásticos... algo solo aparente pues Wildman aparecerá brevemente en el futuro real. Como los más espabilados de vosotros habréis podido adivinar se trata aquí de una historieta de los famosos superheroes de Marvel Comics. La aparición de esta especie de super-villano rocker ha de interpretarse como un paréntesis ligero ante tanto guión grandilocuente sobre péligros galácticos o amenazas a la humanidad. El mediocre guión es obra de un Conway en sus horas más bajas (nada malo a decir del siempre excelente dibujo de John Buscema) pero se agradecen sus momentos de humor ("El rock del cosmos", el lavado de cerebro a base de escuchar a Fabian, etc.) y la gran carga de crítica a los retractores de los comics y las películas de adolescentes de los años 50, representados por los radicales Patriotas del tebeo, que erigiendose en adalides de los valores patrios y en defensores de la virtud de la juventud, se atrevieron a censurar y prohibir sin piedad alguna. Más detallazos: La entrada en una malt-shop para escuchar rock and roll, el llamar cool cats a los rockeros o punks a los jovenes anti-sistema (recordemos que esta obra es de 1973, muy anterior a la llegada del punk como movimiento juvenil) y la escenita final, en la que La Cosa dice "Quizá deberiamos quedarnos en los 50. Quiero decir, la cosa no estaba tan mal ¿Verdad Antorcha?". A lo que su compañero responde: "Ni una palabra más Ben, creo que me estoy poniendo enfermo"; recordando las penalidades pasadas.
3 comentarios:
Buenísimo, enhorabuena
Muy interesante el post.. Me permito corregir que el guionista es GERRY CONWAY con G, no Jerry. La aventura se desarrolla en Fantastic Four 136-137. A mencionar que el entintado es del genial Joe Sinnot y que en mi opiniòn el guión està bastante gracioso. Un saludo.
Si anónimo amigo, es Gerry con "G", ya lo he corregido. Disculpas y muchas gracias a ambos.
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