Aunque nació en Alabama, su familia se trasladó pronto a Tennessee y el pequeño Boyd creció en un pueblo cercano a Nashville, la meca de la música country. Pero la educación familiar iba por otros derroteros, su abuelo se dedicaba a instruir a miembros de las iglesias para que supieran leer música y cantar temas religiosos, así que pensó que su nieto podría ser su alumno predilecto y le enseñó a cantar gospel desde que tenía cuatro años. Así lo hizo un tiempo, cantando en algunos cuartetos vocales locales, pero la Gran Depresión afectó a su familia de forma brutal y, todavía siendo un niño, se tuvo que poner a cantar y tocar la guitarra por las calles pidiendo limosna. Cuando parecía que iba a salir del pozo consiguiendo algunas actuaciones en bares, tocando alguna canción country, Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial y fue movilizado, aunque por su temprana edad, 16 años, no fue enviado al frente y se dedicó al transporte naval de tropas. Sin embargo estaba durante el brutal desembarco de Normandía llevando una lancha y recibió una grave herida en la pierna. Lo licenciaron pero peor era el haber estado respirando el polvo de amianto de esas barcazas durante años, una sentencia de muerte para él y todos sus compañeros pues producía cancer de pulmón (eso, claro, aun no lo sabían) a la que Bennett sobrevivió de forma casi milagrosa. De regreso a casa empezó a tocar en diversas bandas, entre ellas de batería y cantante en la de Francis Craig, sorprendiendo siempre por su versatilidad y buena voz, pudiendo cantar gospel, country, swing o música ligera sin ningún esfuerzo. Pero sus fuertes convicciones religiosas le hicieron rechazar esa impía vida de night clubs y bares así que se metió a pincha-discos en una radio local, convirtiéndose pronto en una personalidad conocida en el estado. En 1950 un amigo que tenía una tienda de discos le presentó a ejecutivos de discos Columbia pero, aunque les gustaron sus canciones, no se decidieron a ficharlo asi que Boyd tuvo que conformarse con montar su propio grupo, The Southlanders, e interpretar las canciones en directo en su emisora de radio. Había dado con un sonido fresco y original, a medio camino entre el honky tonk y el swing, claro antecedente del western swing, sub-género del que Bennett es considerado uno de los pioneros. Pronto fue añadiendo músicos más profesionales, algunos de los mejores del país como Boots Randolph o Kenny Cobb.. Empezaron a recorrer el país y en el sur se encontraron con serios problemas pues había negros en el grupo, algo que encolerizaba al normalmente pacífico Bennett. En 1952 Boyd empezó a trabajar en una emisora de televisión local y creó el programa "Boyd Bennett & his Space Buddies", una original mezcla de humor, música y ciencia-ficción que encandiló al público hasta que el ciego productor decidió cancelarlo tras solo siete ediciones. De vuelta a la carretera, con el nombre ahora de Boyd Bennett & the Rockets llenaba las salas hasta que por fin los de King Records les ficharon, editándoles primero un decepcionante single bajo el nombre ya pasado de Boyd Bennett & the Southlanders. Ya como The Rockets grabaron un single country, "Time" (1953), que desde luego no hacía justicia a lo divertidos que eran en directo. Fue un fracaso, ya que aun no estaba en el mercado cuando ya se había quedado obsoleto, pues acababa de salir el disco "Rock around the clock", de Bill Haley, y el rock and roll estaba aqui para quedarse. Bennett se dió cuenta en seguida que o se adaptaba o moría y empezó a experimentar con el nuevo sonido recogiendo pronto los frutos con temas como "Poison Ivy" o "Boogie at midnight" (1954), que se vendieron muy bien. Pero nada comparado al bombazo de "Seventeen" (1955), uno de los grandes temas del rock and roll más clásico con una letra que lo hacía tremendamente atractivo para las quinceañeras (se lo inspiró un compañero, que le hablaba de su hija adolescente) por lo que llegó a lo más alto de las listas y vendió tres millones de copias (Bennett, astutamente, daba personalmente un disco dedicado a cada pincha-discos, obligándolos moralmente a pincharlo una y otra vez). De la noche a la mañana se hicieron tremendamente famosos compartiendo cartel constantemente con el mismísimo Bill Haley en conciertos que parecían más un concurso para ver cual era la mejor banda del país, una costumbre que luego arraigaría en las conocidas batallas de bandas. Tras rechazar un papel en la luego exitosa serie de televisión "Maverick", por creer equivocadamente que el western ya no tenía futuro, Bennett sacó los rockeros singles "Tennessee rock & roll", "My boy flat-top" y "Rock around the corner", pero la llegada de un joven y arrollador llamado Elvis Presley, con el que los adolescentes sí podían identificarse, dejaron en segundo plano a Bennett e incluso a Haley pues estos tenían edad para ser sus padres. Bennett aun pudo seguir el ritmo un tiempo con una acertada versión del "Blue suede shoes" (1956) de Carl Perkins, colaborando en el rockabilly "Seven nights to rock" de Moon Mullican y con los éxitos locales que consiguió con "Hit that jive" (1957) y "High school hop" (1958). En ese momento sus Rockets empezaron a dispersarse, empezando, por ejemplo, su pianista Cecil McNabb una carrera en solitario en King con el salvaje y propio rockabilly "Clock tickin´ rhythm" (1958). Bennett era ya un hombre de familia con tres hijos, uno de los cuales, Johnny, parecía tener talento, así que creó el sello Kernel para lanzar la carrera del niño de nueve años. Los discos de Johnny Bennett fueron, la verdad, bastante mediocres, pero Kernel lanzó una serie de buenos temas rockeros hoy injustamente olvidados, como "Up with the glasses" de Tommy Downs, "Teen-age bum" de Bill Byron, "Our night tonight" de Jeff Lynn o el surf "Ka-Bongin´" de The Four Finks (compuesto por Bennett) en muy pocos meses. Ninguno de ellos triunfó y, hasta su cierre unos años después Kernel se dedicó a su mejor baza comercial, The Five Stars, y a hacer reediciones de viejos temas del propio Bennett. Mientras tanto, tras una pelea con los de discos King por no querer pagarle royalties, Bennett se fue a Mercury donde aun consiguió otro éxito local con "Boogie bear" (1959) antes de disolver totalmente a sus Rockets. Pero la nueva hornada de jovenes cantantes de rockabilly a los que tenía que telonear (lo hizo con todos los grandes, con todos) le hizo comprender que ya estaba viejo para eso (¡Y solo tenía 31 años!) y, tras unos postreros discos bastante buenos, como "The brain" (1961), decidió retirarse para dedicarse a su familia y para propagar las enseñanzas de Cristo cuando solo tenía 31 años, algo con lo que sigue enzarzado hoy día. Ha vivido todos estos años de una televisión local que montó, de abrir bares y de construir aparatos de aire acondicionado en Dallas, que hacen mucha falta allí (también grabó un par de mediocres singles a mediados de los años 60). Murió de una congestión pulmonar a los 77 años de edad. Uno de los últimos cantantes de Los Rockets, Al Henderson, intentó llevar una carrera en solitario pero solo pudo grabar "Lemon twist" (1962), canción que promocionaba un sabor de una empresa de helados. En cuanto a McNabb se cambió el nombre a Cecil Macky aún grabó el disco high scholl "These tender years"
(1961) en discos Fraternity, pero fracasó en ventas y se dedicó a acompañar a otros artistas hasta que se le pierde la pista.
Músicos: Boyd Bennett (voz y batería), Roy Ayres (guitarra), Kenny Cobb (contrabajo), Mickey D. Allen (guitarra rítmica), Bobby Jones, Boots Randolph y Earl Bostic (saxo), Jimmy McDaniels, Cecil McNabb Jr. y Bill Doggett (piano), Jim "Big Moe" Muzey (trompeta y voz), Al Henderson (voz) y Otis Williams & the Charms (coros).
"Seventeen". Lo de las fotos viene a cuento porque se oye brevemente en la película "American graffitti".
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