Alberto se aficionó desde muy joven a tres cosas sobre todo: las motos, el rock and roll y la fotografía. Intentando aunar las tres cosas se armó con su cámara Laica y comenzó a retratar todo el incipiente ambiente rockero español. Marchó a Madrid, cuya conocida movida musical y social eran entonces la sorpresa de toda Europa, quizá por lo inesperado, y Alberto dejó buena constancia de ello en sus negativos fotográficos. Son retratos en blanco y negro, centradas sobre todo en el mundo rocker, motero o, más adelante, en el de los tatuajes, actrices porno o yonquis, pero consiguiendo que se vea como algo sórdido pero con cierto aire de nobleza o altivez. Tras hacer la foto de portada para la revista Star (1976) y conseguir colocar algún trabajo suyo como portada de libros, expone por primera vez en 1981 y a partir de entonces su labor en este campo será muy prolífica durante los años 80 llegando a exponer con gran éxito en Inglaterra y Francia. Considerado el fotógrafo oficial de la movida junto con Ouka Lele (si, la que coloreaba sus fotos a rotulador), no es de extrañar que fuera el encargado de hacer las portadas de los discos de algunos de sus más rockeros representantes, como las de Los Coyotes ("Extraño corte de pelo", 1982 y "Las calientes noches del barrio", 1987), Pistones ("Voces", 1982), Gabinete Caligari ("Que Dios reparta suerte", 1983 y "Camino Soria", 1987), Ana Curra ("Una noche sin ti", 1985) o Radio Futura ("A cara o cruz", 1987) por citar algunos ejemplos. Hombre inquieto, lo intenta con otras formas de arte como la publicidad y el cine, medio en el que realiza algunos cortometrajes para televisión como director y actor. También se mete brevemente en el mundo de la edición de libros pero lo suyo es realmente la fotografía y los años 90 lo consagran como lo que es, uno de los más grandes del panorama nacional español, labor que finalmente es reconocida con el Premio Nacional de Fotografía en 1999. Su obra recorre diversos países y es admirada en publicaciones como Vogue, British Journal of Photography o Vanity Fair y en algunos de los más importantes museos de arte moderno, como el Reina Sofía o el Patio Herreriano de Valladolid.
1 comentario:
Un artista con mayusculas, un cazurro admirado mundialmente.
Como bien dices, ha fotografiado los ambientes marginales como nadie.
La serie "centauros" es imprescindible, así como el reportaje de las autenticas carreras en la isla de Man.
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