jueves, 17 de abril de 2008

Sam Phillips (Florence, 1923 - Memphis, 2003)

Perteneciente a una familia acomodada, tras el Crash económico de 1929 se aruinaron hasta tal punto que tuvieron que ir a trabajar a una mísera granja de Alabama. Cuando su padre murió en Pearl Harbour Sam tuvo que trabajar en una tienda de ultramarinos y en una funeraria a la vez que ayudaba a su madre a cuidar a una tia sorda. Sam dió ya muestras de su oido musical siendo niño, pues era el director y tuba de la banda callejera Coffee High, compuesta por 72 instrumentos. Estudió formación profesional para técnico de radio y como tal fue empleado en una pequeña emisora local de Muscle Shoals en 1940. Dos años despues se casaba y pronto llamó la atención de sus superiores por su personalidad, inteligencia, cultura musical y, sobre todo, por una excelente voz, cualidades todas ellas que le hacían candidato para ser una estrella como locutor de una emisora musical de radio, a pesar de que siempre permanecía a la sombra de su hermano Jud, un carismático músico de los Jolly Boys Quartet. Tras dirigir a varios cuartetos de gospel en las ondas, el joven Sam consiguió fama local y fue fichado por una emisora de Decatur, luego por una más importante de Nashville, y finalmente por una mayor aun de Memphis, a donde se trasladó con su familia. Allí, como locutor adusto y muy informado de la vieja escuela de Hoyt Wooten, consiguió cierta fama con su programa musical "Songs of the west" y luego, a finales de los años 40, con "Saturday afternoon tea dance", que emitía lo último que encontraba en cuestión de jazz, blues y música popular. Pero el avispado chico, frecuentado los locales de la calle Beale, se dió cuenta que los buenos músicos de la ciudad se tenían que marchar fuera a grabar sus discos a falta de un estudio de grabación adecuado (el único precedente local era el itinerante de Ralph Peer de los años 20, que grabó blues y jazz), así que, con solo 27 años, se decidió a fundar su propio estudio y alquiló (por 150 $ al mes) un pequeño local en el número 706 de la Avenida de la Unión y le puso el poco original nombre de Memphis Recording Service y el lema "grabamos todo, a todos, todo el rato". Inmediatamente fundó un selo discográfico, junto al gran pincha-discos descubridor de toda la nueva música negra, Dewey Phillips (no emparentado con él), llamada The Phillips. Tras su disolución Sam se centró en grabar y producir a nuevos cantantes de blues, rhytm & blues y country y descubrió, ya en los primeros momentos a gente como B.B. King o Howlin´ Wolf. Pero eran momentos muy efervescentes en el mundo de la música y pronto una feroz competencia empezó a rodearle, haciéndole pasar verdaderos apuros, obligándole a grabar estupideces de todo calibre, incluso ceremonias de circuncisión judias o partidos de beísbol. Obligado a trabajar 20 horas al día (solo ayudado por su secretaria Marion Keisker, secretamente enamorada de él) terminó con una crisis nerviosa que le llevó a ser ingresado en un hospital psiquiátrico para recibir terapia de electrochoque. Por fortuna Sam tenía mucha mas vista que sus rivales, rebautizó su estudio como Sun Records en 1952 y contrató a artistas con un estilo tan personal que no se les podía encasillar facilmente en los estilos antes señalados, de esta forma tuvo cierto éxito con gente como Rufus Thomas o Junior Parker. Pero fue en 1954 cuando llegó la persona que había estado esperando, "un blanco que cantara como un negro" (aunque ya algunos artistas blancos, como The Weavers, habían grabado temas negros, pero sin su sentimiento), cuando un chico llamado Elvis Presley para su camión en la puerta de su estudio para grabar una canción para su madre, el resto es de sobra conocido. Pero Sun Records no podía satisfacer la demanda de millones de discos que Elvis exigía asi que, en 1955, Phillips vendió sus derechos sobre él a la todopoderosa RCA para que todo el mundo pudiera disfrutar de la música del chico. Se centró ahora en otros artistas que, a la sombra del Rey, también querían triunfar con su estilo rockabilly y aqui Sam dió muestras, una vez más de su increible visión para detectar a un genio. Sun Records grabó y lanzó al estrellato en pocos años nada menos que a Billy Lee Riley, Malcolm Yelvington, Sonny Burguess, Roy Orbison, Hayden Thompson, Carl Mann, Warren Smith, Charlie Rich, Carl Perkins, Charlie Feathers, Jerry Lee Lewis o Johnny Cash, entre otros (vease entrada "Sun Records"). Ante tal avalancha de talentos Phillips tuvo que fundar otros sellos hermanos (Filp, en 1955, para la música country y Sun Spot para el gospel), una agencia de representación de artistas llamada Stars Inc. (junto al primer manager de Elvis, Bob Neal) y una división internacional (Phillips International, 1957, que hubo de cerrar a principios de los 60 por la presión del gigante eléctrico holandés Philips, que acababa de comprar discos Mercury), a la vez que sus hermanos regentaban un estudio de grabación independiente, el Select-O-Hits (Tom), y otro el sello asociado Judd Records (Jud). Por cierto que Jud, que también regía la compañía publicitaria de las empresas, Hi-Lo, y era un buen cantante de gospel (grabó algunos temas con el Sun Spot Quartet), aunque con gran vista para los negocios y la música también, tenía una manera de vivir muy diferente a la de Sam, lo cual dio lugar a algunos problemas. Un buen ejemplo fue cuando este le dio 500 dólares para que acompañara a Jerry Lee Lewis a Nueva York a promocionarse, y Jud se los gastó todos en alcohol antes de dejar siquiera el aeropuerto de Memphis. Y es que era de los pocos que podía seguir a Lewis bebiendo. En el plano personal, Sam se divorció y se casó con una de sus nuevas empleadas a la que nombró jefa de sus nuevas y flamantes oficinas en la Avenida Madison. El caso es aunque la mayoría de los chicos de Sam se fueron pasando a otras compañías más importantes, se convirtió en millonario por lo que cuando vendió Sun Records a Shelby Singleton Corporation, en 1968, lo único que le dió lástima es no poder seguir promocionando la música de rock and roll. Invertiría en minas y comprando una cadena de moteles, Holiday Inn, que le harían millonario.Pero el gusanillo del rockabilly no le dejaba en paz y había creado el sello discográfico Holiday Inn, promocional de sus moteles y un poco como afición, cuya idea ooriginal era editar grabaciones en directo de algunos artistas a su paso por estos establecimientos. Luego llevaría una vida tranquila hasta el día de su muerte. Su hijo Jerry (casado con una hija del cantante rockabilly Ray Harris) se convertiría en un importante ingeniero de sonido de artistas de rockabilly de los años 80 y su otro hijo, Knox, fundaría la discográfica Southern Rooster, que en su corta vida tuvo entre sus artistas a Billy Riley.

Ike Turner y Sam Phillips se reencuentran en los estudios Sun 45 años despues de las grabaciones originales de aquel. En la primera imagen vemos a Sam de joven, entrando en Sun en 1955.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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