miércoles, 16 de abril de 2008

Jerry Lee Lewis (Ferriday, 1935 - Nesbit, 2022)

Nació en el seno de una familia de Lousiana de extrema probreza pero de enorme talento musical, de hecho primos suyos fueron luego grandes músicos, como Carl McVoy, Mickey Gilley, su primer bajista, y el luego famoso telepredicador -pionero en estas lides- Jimmy Swaggart. Su padre tuvo que dedicarse a destilar whisky, y entraba y salía de la cárcel con frecuencia por este motivo (y una vez por intentar matar a su cuñado), de forma que cuando su único hermano entonces, Elmo (un excelente cantante) murió atropellado por un borracho, la madre volcó en Jerry todo su cariño. Creció cantando gospel en la iglesia y pronto demostró tal don para tocar el piano de unos familiares (sin haber recibido nunca lecciones el primer día que se sentó ante él fue capaz de tocar cualquier melodía) que cuando cumplió ocho años sus padres hipotecaron la casa para comprale un piano a plazos. Autodidacta genial, decía Jerry que sus dedos tenían "cerebro propio", y los profesores que se le intentaron imponer se quedaban siempre atrás o se desesperaban ante el ritmo creciente y loco que Jerry daba incluso a los clásicos, -al igual que pronto haría su hermana pequeña Linda Gail-. Jerry y Jimmy se colaban en los bares de boogie-woogie y rhythm & blues para negros (juke-joints), aunque en alguno como el mítico Haney´s no les hacía falta pues el dueño conocía el talento de los chicos y les dejaba imbuirse de aquel ambiente musical. Lleno de seguridad en si mismo y egocéntrico al límite se metía en problemas constantemente sin temor a las consecuencias. Fue por eso que otro chico del pueblo, al verle acercarse con su displicente actitud, gritara "¡Ahí va El Asesino!", sembrando la inquietud entre algunas mujeres despistadas, las risas en los chicos y haciéndole ganar para siempre un mote a Jerry: The Killer, El Asesino. Fue por esta época que jugando al fútbol americano se le rompió la cadera y el fémur, y al tener que tocar con esa zona enyesada durante mucho tiempo, se le quedó para siempre su característica postura al piano, con una pierna hacia fuera por el lado derecho del instrumento. Empezó a tocar para animar el negocio de un vendedor de coches de segunda mano y una cadena de supermercados, pagó para grabarse un acetato ("Please don´t stay away too long") y pronto empezó a destacar en los concursos para jóvenes talentos. A los 15 años ya era profesional del piano tocando en bares y clubs, teniendo sus primeros contactos con las anfetaminas, y en una emisora local de boogie-woogie y western-swing, géneros que mezclaba con el gospel entre el que se había criado. Sedujo a la hija de 15 años de un predicador itinerante y se casaron, y para intentar agradar a su nueva familia política se apuntó al seminario, pero fue expulsado en seguida debido al ritmo frenético que imprimía al órgano en los servicios religiosos. No tardó mucho en enrollarse con otra adolescente y dejarla embarazada, por lo que se casó con esta, obligado a punta de pistola por los hermanos de ella, antes de que los papeles del divorcio estuviesen listos. Al año y medio del nacimiento de su hijo, Jerry Lee Jr., vino un segundo al que no encontraba parecido, y pensando que era de otro le repudió. Rechazado en sus primeras audiciones se tuvo que poner a trabajar en el campo, como vendedor ambulante de máquinas de coser, pero siempre terminaban despidiéndole. Se libró de la cárcel de milagro cuando le pillaron robando un revólver y finalmente se enroló como músico de acompañamiento de Johnny Littlejohn. Tras auto-grabarse el mediocre "If I ever needed you" (1954), aconsejado por su otro primo, el bajista J.W. Brown, Jerry decidió marchar a hacer una audición en Sun Records. Para ello cargó, como cada mañana, los huevos del gallinero familiar para venderlos, pero ese día se los colocó todos a un supermercado y condujo los 500 kilómetros que le separaban de Memphis. Allí, el petulante muchacho les dijo que podía tocar el piano como Chet Atkins, y aunque Atkins tocaba la guitarra entendieron lo que quería decir. En esos estudios se estaba gestando todo el rock and roll en esos momentos y se le aconsejó al chico que derivara más hacia ese estilo, practicando un tiempo como parte del conjunto local Clyde Stoppard & the Snearly Ranch Boys. Hizo caso y con una improvisada pero caliente versión de "Crazy arms" (1956) tuvo un gran éxito. Aun así se empleó un tiempo como músico de estudio en Sun y como pianista más o menos fijo de la banda de Billy Riley, The Little Green Men. Con ellos participó en la grabación de algunos clásicos del rockabilly, y al terminar una de las sesiones se encontró con Carl Pekins y Johnny Cash, otras nuevas estrellas de la casa, y con Elvis Presley, ya convertido en rey del rock & roll y que venía de visita a Sun, su primera discográfica, después de que hubiera fichado por RCA. Los cuatro improvisaron, con Jerry queriendo llevar la voz cantante, como no, en un acontecimiento irrepetible que se llamó después El Cuarteto del Millón de Dólares. Finalmente, de nuevo a instancias de Brown, se grabó la gran bomba de Jerry "Whole lotta shakin´ goin´ on" (1957), que solía ser el número estrella en sus actuaciones con Littlejohn, en una toma y sin saber que la grabadora estaba en marcha (es por eso que en momento dado habla, en vez de cantar, pues olvidó la letra, y que el tema acaba en ese súbito y triunfante final). A pesar del escándalo que produjo la letra ("muévelo nena") se vendieron más de un millón de copias y llegó al número uno de las listas country y al dos de las generales, y salió de gira por Canadá, donde su adicción por las pastillas empezó a adquirir gravedad. De la noche a la mañana Jerry se convirtió en una estrella, gracias en parte a su tremebunda actuación televisiva en el programa de Steve Allen, tocando el piano de forma casi demoniaca, cantando mirando al cielo de modo mesiánico y dando una patada a su silla, enviandola volando a bastidores,una de sus locuras marca de la casa. Las increibles canciones que siguieron lo confirmaron en la cima haciéndole sombra al mismísimo Elvis: "Great balls of fire", "High school confidential" (1958) -tema principal de la película homónima, en la que apareció brevemente, al igual que ya había hecho en el film "Jamboree"-, "Breathless" o "Lovin´ up a storm" (1959). Jerry cantaba bien, tocaba el piano mejor y más espectacularmente que nadie (con las manos -inigualable su técnica con la mano izquierda-, con los pies, con el culo, subido encima, ...en fin, prácticamente un punk), llevaba una vida autodestructiva en sus giras, bebiendo y tomando anfetas como si no hubiera un mañana y tenía una personalidad rebelde e iconoclasta que hacía que nunca se supiera como iban a acabar sus fantásticas actuaciones. Como ejemplo la famosa leyenda de cuando se vió obligado a tocar antes que Chuck Berry y le pegó fuego al piano mientras le decía a Berry "¡Supera esto hijo de puta!" o "¡Chupate esa negro!", según otras versiones. Pero claro, es el sino de los rockers clásicos, en la cima de su carrera, durante una gira por Inglaterra, se destapó su escandalosa vida privada: Se acababa de casar, por tercera vez, con la hija de Brown, su prima segunda Myra, de 13 años. Le acusaron de pederastia, bigamia e incluso de incesto, y se le rescindieron todos los contratos. Realmente los matrimonios entre primos eran algo habitual en las areas rurales más pobres del Sur estadounidene, así como que las chicas se casaran extremadamente jóvenes. De hecho Linda Gail se casaría poco después a los 14 y la otra hermana de Jerry Lee, Frankie Jean... ¡A los 11!. Fuese como fuese Jerry se negó a cambiar de imagen y a pedir perdón públicamente, por lo que se pasó a la filial de Sun, Phillips International, para grabar rock and roll intrumental, una versión del "In the mood" (1960), escondido bajo el pseudónimo de The Hawk (El halcón). El truco no funcionó, y con todas las puertas cerradas se vió obligado a volver a tocar en tugurios de mala muerte para alimentar a su esposa y al hijo que tuvieron poco después, el cual, para rematar la tragedia, murió ahogado en la piscina de su casa cuando solo contaba con tres años de edad, dejando a Jerry desolado. Poco a poco se fue olvidando el escándalo y, tras grabar algún dueto con Linda Gail -la cual para entonces ya había aparecido actuando en la televisión- le fue bastante bien con sus versiones del "What´d I say" (1961) de Ray Charles o del "Sweet little sixteen" (1962) de su némesis Berry. Firmó un contrato de cinco años con discos Smash, una filial de Mercury, y fue una época en la que se dedicó a experimentar un tanto pero sin olvidar hacer sus salvajes rocanroles. A los hechos me remito: "Teenage letter" (1963) y "I´m on fire" (1964) son temas dignos de su época en Sun y el cúlmen fue su tremendo álbum en directo en Alemania "Live at the Star-Club" y el de versiones "The return of rock" (1965), con tres temas de, otra vez, Berry. Ese año volvió a Inglaterra donde se le había perdonado y se le consideraba uno de los más grandes, haciendo un antológico especial de televisión, pero en la otra cara de la moneda su auto-destructividad se intensificó, librándose por los pelos de ser detenido con multitud de pastillas durante una redada en la cual fue a la cárcel por posesión de narcóticos toda su banda, muriendo como consecuencia de su abuso, más tarde, su guitarrista del momento. Pero es que además, como en Estados Unidos seguía olvidado, el Killer se fue orientando cada vez más hacía otros ámbitos, protagonizando, por ejemplo, un musical basado en "Otelo" (por el que recibió muy buenas críticas), pero sobre todo hacia la música country, siguiendo el ejemplo de otros reciclados del rock, campo en la cual consiguió algunos éxitos, destacando "To make love sweeter for you" (1968) o "She even woke me up to say goodbye" (1969), números uno  y dos en las listas de ese estilo. Pero nunca se olvidó del rock & roll, como demuestran las versiones de rockabilly que hizo en las caras B de estos dos singles citados, solo o en compañía de Linda Gail, como demuestra también su exitosa versión del clásico "Chantilly Lace" (1972), sacado de su LP de versiones de rock & roll "The Killer rocks on", "Drinkin´wine spo-dee o´dee" (1973) o "Boogie Woogie country man" (1975). Reposó su actitud pública, no así la privada ya que una vez que Myra le abandonó por celoso volvió a casarse con una paya a la que le gustaban más las drogas que a un tonto una tiza y cayó en una espiral descendente de violencia y mala leche, siendo detenido varias veces por diversos altercados. Para colmo, su querido hijo Junior, batería de la banda y de 19 años recién cumplidos, falleció en un extraño accidente de tráfico mientras remolcaba otro coche, seguramente bajo los efectos de las drogas que le llevaban bastante enloquecido. La muerte de su madre también le deprimió, pero no tanto como a Linda Gail, que tuvo que se ser internada un año en un manicomio, aunque terminaría recuperándose bastante bien y casándose con el manager de Jerry. Se agudizó asimismo la obsesiva adicción a las armas de Jerry, protagonizando peligrosas anécdotas como cuando disparó, según él por accidente, a su bajista -que sobrevivió de milagro a los dos tiros que le alcanzaron- o cuando asaltó, revólver en mano, la mansión de Elvis empeñado en que le tenían allí secuestrado. El alcohol y a las pastillas eran otra adicción ya, resintiendo su salud y siendo operado a vida o muerte de una úlcera sangrante en el estómago, todo lo cual y sus despilfarros absurdos, incluyendo la compra de aviones privados y la creación de empresas sin sentido, le volvieron a sumir en la ruina, embargándole Hacienda casi todas sus pertenencias. Como consecuencia de ello no pagaba a sus músicos, y uno de ellos, Tarp Tarrant, bastante colocado, vestido de vaquero y necesitado de dinero, terminó atracando un supermercado a punta de pistola y embistiendo a un control policial, siendo condenado a ocho años (al salir se convertiría en un cristiano renacido y extremo). Pero el momento más bajo de Jerry llegó cuando su primo Swaggart, el predicador, le tuvo que bajar del escenario casi en coma y llevárselo a su casa, de donde escapó para seguir con su estilo de vida salvaje. Ese mismo año, decidido a salir del hoyo como fuese, ideó el marrullero truco de editar un álbum llamado "Duets" (1979) en el que dejaba entrever que era el Elvis recién muerto quién le hacía las réplicas en las canciones, dando pábulo a los rumores de que estaba vivo o que él tenía las grabaciones perdidas. La realidad es que era el imitador Orion, pero la artimaña funcionó y se vendió bien, siendo un disco sensacional, por otra parte, como lo fueron sus singles subsiguientes, "Rockin´ Jerry Lee" (1980) y "Thirty nine and holding" (1981), número cuatro en las listas country. Por esta época murió su esposa ahogada en la piscina de la casa de unos amigos, en circunstancias cuanto menos extrañas, alimentando rumores cuando solo unos meses después ya estaba casado nuevamente. Pero esta nueva mujer aparecería muerta poco después en la casa de la pareja, y aunque algunos medios apuntaron a que el celoso cantante la había matado, la investigación concluyó que se suicidó con pastillas. En unos meses ya estaba casado nuevamente. Bastante recuperado, se reunió con sus amigos Roy Orbison, Carl Perkins y Johnny Cash para el LP "Class of 55´" (1986), especie de remake de aquella inolvidable sesion improvisada de El Cuarteto del Millón de Dólares de 1956 (ver artículo en este mismo blog), pero con Orbison sustituyendo a Presley y con un killer ya con menos prepotencia. Con la famosa película sobre su vida, "Gran bola de fuego" (1989) su figura como rockero volvió a revalorizarse y Jerry aprovechó el tirón, algo muy necesario por sus continuos problemas con hacienda, buitres que le habían embargado todos sus coches, y que su mujer no llevaba camino de solucionar convirtiendo su casa en un museo a cambio de cuatro perras. A pesar de lo resentido de su salud a causa de los abusos, de vez en cuando parecía resucitar milagrosamente, haciendo actuaciones memorables e incluso grandes discos, como el de duetos con grandes estrellas del rock "Last man standing" (2006), cuyo título hacía referencia a ser, sorprendentemente, el último de los rockers clásicos en pie, entre cuyos temas destacan "Pink Cadillac", junto a Bruce Springsteen, y "Honky tonk woman", junto a Kid Rock, que tuvieron bastante repercusión, sin duda por cuales eran sus partenaires. Engañando constantemente a la muerte (su último bajista murió asesinado en Memphis mientras cumplía su trabajo de guardia de seguridad), con parkinson, con nuevos matrimonios y abriendo un bar en Memphis, siguió sin tocar una canción de la misma forma y sin desafinar ni una nota hasta el día de su muerte, ya muy mayor y con la salud muy quebrantada por todos lados. Por su parte Linda Gail abandonó casi por completo el country para dedicarse al rock and roll, y en ocaciones actuando junto a otras dos hermanas, haciéndose llamar Las Lewis 3. Ahora es una figura activa y respetada en el mundo rockin´ mundial.
Músicos: Jerry Lee Lewis (voz y piano), Roland Janes, Al Hopson, Scotty Moore, Brad Suggs, Kelton Herston, Hank Garland, Harold Bradley, Ray Edenton, Jerry Shook, Jerry Kennedy, Dale Sellers, Charles Freeman, Pete Wade, Buck Hutcheson y Chip Young (guitarra), Billy Riley, J.W. Brown, Marcus Van Story, Bob Moore, Robert Stevenson, George Webb, Albert Jackson, Lee Lotner, Butch Owens, Floyd Chance y B.B. Cunningham (contrabajo), James Van Eaton, Jimmy Lott, Buddy Harman, Russ Smith, Robert McGhee, Jerry Carrigan, Robert Morris "Tarp" Tarrant, Jerry Lee Lewis Junior y Robert Hall (batería), Bill Strom (batería, bajo y órgano), Shirley Fisk y William Seltz (órgano), Kenneth Lovelace (violín), Pete Drake y Lloyd Green (steel guitar), Martin Willis, Boots Randolph, Luke Wright y Bill Justis (saxo), Charlie McCoy (xilofón), Herman "Hawk" Hawkins (bajo), Byron Bach, Brenton Banks, George Binkley III, Marvin Chantry, Stephen Clapp, Albert Coleman, David Darling, William Fitzpatrick, Solie Fott, Lilian Hunt, Martin Katahn, Sheldon Kurland, Martha McCrory, Buddy Spicher, Samuel Terranova, Gary Vanosdale y Stephanie Woolf (sección de cuerda) y The Nashville Sounds, Joe Babcock, Dolores Dinning Edgin, Millie Kirkham, Linda Gail Lewis, Ricky Page, Hurshel Wiginton y Trish Williams (coros).

"Great balls of fire", ¡Vaya tio!

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