El judío neoyorquino George Goldner se abrió paso a través de una serie de empleos muy modestos, hasta que en los años 40 consiguió ahorrar lo suficiente para abrir un salón de baile, que pronto se multiplicaron por toda Nueva York. En esos momentos se vivía una fiebre por la música latina, cuyo mayor éxito era la canción "Tico-Tico", de forma que cuando, en 1948, Goldner decidió crear su propia discográfica, la llamo Tico. Le fue bien con la música latina (siendo su más importante artista Tito Puente), de forma que en 1953 abrió otro sello, Rama, enfocado más a los ritmos negros, como el jazz, el rhythm & blues y también, al principio tímidamente, al du-duá. Uno de sus mayores éxitos en este campo fue "Gee", de Los Crows, lo cual animó a Goldner a dar su mayor impulso a este género. Sin embargo se encontró con un problema, y es que las emisoras solo pinchaban un número limitado de canciones por discográfica, coartando su posibilidad de promocionar varios artistas a la vez. Su solución fue crear una nueva discográfica, esta vez casi totalmente especializada en doo-woop, a la que llamó Gee en honor a su primer gran éxito. Lo primero que hizo fue contratar como asistente a Richard Barrett, solista de Los Valentines, y alquilar los estudios Bell, de Manhattan, y los resultados se vieron de inmediato, pues tras unos inicios titubeantes con discos de jazz, instrumentales o blues, se centraron en el du-duá, con Los Five Budds ("I was such a fool", por ejemplo) o Los Buccaneers y triunfó absolutamente con Los Crows o Los Drifters. Editó además multitud de conjuntos más de doo-wop, a la mayoría de los cuales les fue bien e hicieron carrera de uno u otro modo, quizá con la excepción de Los Five Scores ("Double date" o "Readin´ ritin´ rithmetic rock & roll") y otros artistas de rock & roll, como Mabel King, The Rhythm Jesters, Johnny Cardell, Little Billy Mason, Roc LaRue, Jimmy Wright o los desconocidos cantantes de rockabilly de Miami Don "Red" Roberts ("Only one") y Chuck Darty ("Can´t you see"). Y es que Goldner tenía un excelente oído, un talento innato para saber que es lo que quería el público de cada momento y gran capacidad de promoción. Ello le causó serios problemas cuando se supo que pagaba a pincha-discos para que pusieran a sus artistas, parte de lo que terminaría siendo el llamado Escándalo Payola. Lo que era peor, Goldner era un jugador empedernido, y en una partida perdió tanto que tuvo que dar una parte de sus tres discográficas a Joe Kolski, un socio del conocido mafioso local Morris Levy. Paralelamente creó, en asociación con otros dos empresarios, Dickie Goodman y Bill Buchanan, discos Luniverse, para dar vida a una extraña idea de estos dos últimos, unos singles en los que se escuchaban muy breves fragmentos de canciones de éxito (lo que les valió denuncias por usos de ellas sin permiso) interrumpidas por trozos de noticiarios fingidos (llamados discos puré o discos partidos), y con los que triunfaron también de inmediato con "The Flying saucer" (1956). Al año siguiente Goldner, Kolski y Levy formaron discos Roulette, una discográfica mucho más ambiciosa y también dedicada mayoritariamente al du-duá, aunque Goldner se vio enseguida obligado a vender su parte del negocio a sus dos gangsteriles socios, al igual que lo que le quedaba de Tico, Rama y Gee, y poco después, con los discos puré ya afortunadamente pasados de moda (aunque Buchanan y Goodman tratarían de resucitarlos por separado en otros sellos), y a pesar de un par de ediciones de otros grupos de du-duá, como Los Del-Vikings y Los Casual Three ("Invisible thing"), Luniverse cerraba. Por cierto, que estos Casual Three no eran otros que Goodman y un par de cantantes del estudio, y que aparte de otro single en discos Mark X ("Candy store blues"), otro sello de Goodman no volvieron a editar nada como tales. Ahora tuvo Goldner que empezar casi de cero, creando los sellos End y Gone, también especializados en doo-woop, aunque no escarmentaba, y dejó que la distribución la llevase Levy. Entre que era este quién dominaba la instalación de gramolas por la ciudad y que el talento de Goldner para encontrar talentos y canciones populares no había disminuido ni un ápice, se triunfó nuevamente con gente como Los Chantels, Los Dubs, Johnny Anthony & the Imperials, Los Flamingos o Los Four Seasons, por citar algunos. Pero claro, finalmente End y Gone records terminaron en manos de Levy a principios de los años 60, y se vio trabajando como productor de este en Roulette. En esta época Rama y Gee se integraron como parte de Roulette y acabaron desintegrándose en su interior. En 1964 Goldner pasó a trabajar como promotor para los geniales compositores Leiber & Stoller en su sello Red Bird, pero estos pronto se desentendieron del negocio, vendiéndoselo a Goldner por un dólar, aunque, como era de esperar, este se vio forzado a venderlo nuevamente a Levy, por sus deudas de juego, en 1968. Formó entonces Goldner discos Firebird, pero apenas pudo arrancarlo, pues falleció de un infarto solo unas semanas después, cuando solo tenía 52 años. Discos Tico, que durante todo este tiempo había seguido haciendo música latina, fue comprado en 1974 por discos Fania, desapareciendo incluso como subsidiaria de estos pocos años después. De Goodman hemos de decir que dirigió Mark-X, una discográfica que editó buenos discos de du-dua, entre ellos algunos de bandas que no prosperaron, como The Millionaires ("Once a heart"), The Tunemasters ("Tasty kisses") o Frankie Rossi & the Dreams ("Dream boy"), pero también siguió incidiendo en sus discos puré, pero en los años 60 tomando un tono más cómico y en los 70 más político, y finalmente se suicidó, pegándose un tiro, cuando tan solo tenía 55 años de edad.
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