martes, 29 de agosto de 2017

"Unconquered" (J.D. Davis, 2012)

Nacidos en medio de la más absoluta miseria en unos perdidos pueblos del profundo sur estadounidense, los primos Jerry Lee Lewis, Mickey Gilley y Jimmy Swaggart se convertirían en tres de los más importantes miembros del mundo del espectáculo en América (aunque fuera de su país solo Jerry Lee sea realmente famoso). Estamos aquí ante una original biografía pues hace un extenso repaso al recorrido vital de los tres de forma paralela, exhaustiva y muy amena. El título del libro, "Inconquistables", hace referencia a un juego que los primos habían inventado desde pequeños llamado Conquistado-Inconquistable. En él, uno de los niños debía hacer una cosa atrevida y si el resto no era capaz de repetirlo eran conquistados por el primero, que se proclamaba inconquistable hasta la siguiente prueba. Jerry Lee, que había nacido sin noción de lo que era el miedo ni la vergüenza, era generalmente el ganador pues las pruebas en las que ponía a sus primos eran poco menos que suicidas y estos ni siquiera intentaban remedarle. La más recordada fue cuando cruzó por los travesaños del tren el enorme puente colgante que cruza el río Misisipi entre las localidades de Natchez y Vidalia (y que para ilustrarlo con más énfasis, aparece en la portada del libro sobre los tres sonrientes primos). Pero el título amplía esa victoria a los tres primos, pues ninguno se arredró o se dio por vencido ante los muchísimos reveses que la vida les dio y salieron triunfantes sobre los míseros mortales. Nacidos con un inmenso talento natural para la música, ya hemos hablado en otros artículos de este diccionario de Lewis y Gilley, pero no tanto de Swaggart. Primo por partida doble del primero era en todos los aspectos su némesis, un predicador religioso que avisaba de los peligros del rock & roll y de cualquier vicio, que pronto ganó enorme fama gracias a sus servicios religiosos en los que no solo tocaba gospel, sino también boogie-woogie muy influido por el estilo de Jerry. Y es que este, el de más talento de los tres y autodidacta, les había enseñado a tocar el piano de niños pegándoles su peculiar manera de tocar. Aunque fue un lastre un tiempo en la carrera de Gilley, considerado un clon de Lewis, finalmente encontraron cierta diferenciación de estilo, y el éxito. El libro nos ilustra a la perfección como tres chicos pobres de campo en medio de la Gran Depresión consiguen, gracias a su talento y valor, alcanzar la cima, y también como la íntima amistad de su niñez pasará por duras pruebas pero nunca se romperá del todo a pesar de sus sorprendentes diferencias como personas. Mientras Jerry Lee era el salvaje rocker impetuoso y pecador, pero siempre sincero y coherente, Jimmy era un beato religioso que se presentaba como intérprete de Dios y con derecho a condenar al infierno a Jerry o a quién fuera solo por tocar rock & roll, beber, drogarse o ir con mujerzuelas, pero a la sazón un hipócrita. Mickey era el justo término medio: Disfrutar de los placeres de la vida sin excesos suicidas, siempre con la cabeza en su sitio, pero sin creer en que Dios estuviese en contra del rock & roll. Ha de decirse, y este dato es poco conocido, que Swaggart, a instancias de Jerry Lee y Mickey, llegó a grabar en Sun Records, "God take away my yesterdays" (1962), una canción sacra que tuvo gran éxito, como la mayoría de las que después editó en otras compañías. Esto, su labor pionera como tele-predicador y su gran capacidad de convicción le convirtieron en millonario, llegando a construir un inmenso centro religioso pentecostal en Baton Rouge. Pero en 1988, a este modelo de integridad ultra-religiosa y adalid de la pureza, se le descubrieron sus devaneos con una prostituta. Se recuperó un tanto de esta humillación pública por medio de su labia y de un falso y lloroso arrepentimiento en vivo en televisión, pero volvieron a pillarle en 1991, esta vez también portando pornografía dura, y pocos son ya los que se fían de él, aunque hay quién ha visto en esto a un predicador más humano. Su última metedura de pata ha sido en 2005, cuando hizo cierta apología del asesinato de homosexuales en directo. Es curioso como los tres primos cayeron en el más profundo de los pozos cuando estaban en lo más alto de sus carreras, aunque en distintas épocas. Jerry al descubrirse que se había casado con su prima de 13 años, Mickey por culpa de sus ruinosas inversiones y Jimmy por el escándalo citado. Estas y muchas más historias se narran en este magnífico libro que recomiendo fervientemente, aunque creo que no está aún traducido al español. ¿Algunos defectos? Siendo exigente sí. El autor se deja llevar demasiado por sus simpatías hacia Swaggart, excusándole en exceso, aunque tal vez sea por respeto al simpático Gilley, el único de los tres que se involucró y ayudó en el libro. Sin embargo, y de forma sorprendente, no se cita ni siquiera una vez al otro primo rocker de la familia, Carl McVoy, que aunque ni se crió con ellos ni apenas tuvo contacto, al menos se le podría haber nombrado como una más de los talentosos músicos de la familia. Más dañina es la absoluta falta de interés en la interesante carrera de Linda Gail, hermana de Jerry, aunque siempre a la sombra de su hermano. Sí se la toma en cuenta pero solo para ilustrar momentos de la vida de su familia por medio de sus declaraciones. Sobra también un apéndice con las canciones de los tres primos preferidas del autor, dato que importa bien poco y cuyo amplio espacio podía haber sido rellenado con, por ejemplo, una discografía o más fotos. 

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