Era lógico que el rock & roll se extiendese como una plaga por orden geográfico de cercanía a sus focos más importantes. Méjico, haciéndo frontera con los estados gringos pioneros en el género, fue pues practicamente el segundo país en empezar a formar su propios grupos de rock, como es el caso de los famosos Teen Tops, pero también de otros menos conocidos en nuestras fronteras. El mayor y mejor ejemplo son Los Reyes del Rock, creados en fecha tan temprana como 1957. Creados en torno a la base y el entusiasmo de los tres hermanos Tena, estos pronto ficharon a un cantante, Toño de la Villa, y a otros músicos para completar el conjunto. En un principio hacan simplemente versiones, más o menos chapuceras, de los éxitos que venían del otro lado del Rio Bravo, cantadas también en inglés para regocijo de Villa, para el que este idioma era imprescindible si se quería hacer rock & roll. Los tiempos evidenciarían su error y también así lo vieron sus compañeros, los cuales preferían hacer un rock con personalidad propia y cantado en castellano, al fin y al cabo ellos también querían tener algo que decir en las letras. Así las cosas Villa se marcha a formar su propia banda, Los Locos del Ritmo, y es sustituido por Sammy Fournier, un joven con mayor afinidad de ideas musicales y deciden rebautizarse con el título de Los Rebeldes del Rock (ya había demasiados grupos con nombres reales, Los 3 Reyes, Los hermanos Reyes...). Pero los hermanos Tena, decididos ya a triunfar, oyeron a un cantante con una voz más personal, algo nasal es cierto y más tendente al calipso, llamado Johnny Laboriel (hermano de Abraham Laboriel, del conjunto Los 4 Traviesos), y deciden ficharlo en detrimento de Fournier, configurando así de paso uno de los primeros grupos de rock & roll inter-racial, antes incluso que sus vecinos del norte Los Marcels (bien es verdad que en Méjico nunca hubo la segregación que había en la supuesta tierra de la libertad) y que con permiso de los mentados 4 Traviesos. Fournier decide entonces formar su propia banda, Sammy y sus Estrellas, a la que los hermanos Tena no dudaron en apadrinar y en ayudar cada vez que hiciera falta, quizá por cierto mal regusto en su conciencia. El caso es que con el grupo ahora bien completado consiguen alguna actuación en la radio, consiguen un contrato con los de discos Orfeón, aun sin dar crédito al chollo comercial de que tan pronto saliesen bandas de rockabilly en castellano. Su primer álbum fue, como era de esperar, todo un éxito, destacando su tema "La hiedra venenosa" (1959), versión del "Poison Ivy" considerada pionera en el género en nuestro idioma y que arrolló en todo el continente americano de habla hispana. Esto les lleva al cine, convirtiéndose en estrellas del rock nacional. Le siguen otros buenos resultados con versiones en castellano de clásicos como "Danny boy" o el "Remember when" de los Platters, tendencia a las baladas que, junto a su pase a los bailes de moda como el twist, a principios de los años 60, les relegan a un segundo plano entre los rockeros más acérrimos en beneficio de los mentados Teen Tops y otros. Sin embargo su éxito entre el gran público sigue, normal teniendo en cuenta la habilidad musical que ya habían desarrollado. De todas formas la discográfica decide lanzar a Johnny como cantante en solitario, dejándoles un poco huérfanos de su estilo peculiar a pesar del fichaje de la potente voz de Baby Moreno. Con él triunfan nuevamente con la divertida canción "Muevanse todos" (1964), pero aquello fue el canto del cisne ante el triunfo masivo y avasallador de los nuevos estilo provenientes de Inglaterra. Así las cosas, tras hacer de grupo de apoyo a su popular paisana Angélica María, deciden separarse antes de que quedar relegados en el corazón de los fans. De todas formas, en los años 70 se volvieron a reunir la mayoría de ellos, hasta la muerte de uno de los Tena, Waldo, que hace que los demas hermanos decidan no seguir tocando. Empieza una serie de sustituciones que hace que para mediados los años 80 ya solo quedara un miembro original en el irreconocible grupo, el pianista Francisco Domínguez. Esta nueva formación básica y con la nueva inclusión de los Tena supervivientes, aun siguió tocando por Méjico, destacando su exitosa gira "Caravana del rock" (2007) junto a otras antiguas estrellas del género. Por desgracia, al año siguiente moría Guillermo Américo Tena y el otro hermano se marchaba, dejándoles nuevamente en cuadro. Aun así Domínguez y sus nuevos compañeros (alguno proveniente de Los Rogers e incluso de Sammy & sus Estrellas) siguen tocando. Laboriel, por su parte, se convirtió en una estrella de la música y la televisión mejicana durante los años 60, aunque evolucionó gradualmente hacía los ritmos latinos. Sus programas musicales y sus culebrones le convirtieron en uno de los personajes más populares del país y fue elegido para representarlo en el festival de la OTI en nada menos que nueve ocasiones. Por suerte nunca ha dejado el rock & roll y puede ser contratado para cantar en este género gracias al revivalismo que experimenta, se adapta a toda clase de presupuestos, no está el horno para bollos.
Músicos: Sammy Fournier, Johnny Laboriel y Baby Moreno (voz), Guillermo Américo Tena (requinto), Francisco "Abuelo" Domínguez (piano), Waldo Tena (guitarra acústica), Marco Polo Tena (contrabajo), Chema Silva (batería) y Ricardo Domínguez Rojas (guitarra).
Su "Hiedra venenosa" durante su reaparición en los años 70.
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